No puedo dejar de pensar en las primeras lineas de diálogo de esta película: "hay que actuar con pasión, que la pasión que todos podemos sentir los desborde al actuar". Todos sabemos lo que es la pasión, gozamos con ella, sufrimos con ella. El problema es que no puedo dejar de sentir cierta apatía ante lo visto, como si esa búsqueda, que considero honesta por parte del director, no haya encontrado buen puerto. Me explicaré:

Observar la situación límite en la que se encuentran los personajes es un excelente punto de partida para comprender esa pasión que mueve a la película. El resto ya es más complicado: cinco(¡!) personajes, cuyas vidas se entrecruzan, disponen de una hora veinte (¡!) para manifestar su profundo desgarramiento afectivo. Entonces la historia de cada uno se muestra salpicada en medio de las otras cuatro historias, igualmente salpicadas, para intentar dar de sí lo mejor en un muy breve espacio de tiempo. No es que no comprenda lo que mueve a cada prota, sentimientos tan humanos que si no pregúntenle al mismo Shackespeare, lo que me choca de la peli es que está mal distribuida, y toda su intensidad se desparrama en cinco historias que abundan en rumores, "alguien dijo que" y "mejor no enterarse". Se hace más hincapié en el poder del chimento que en las tormentas que cada chimento genera.

Por eso mi puntuación más baja, y evalué con bronca esta peli, puesto que el valor buscado está muy por encima que el de otras pelis al uso, mucho más organizadas como así también mucho más vacías.