¿Cómo olvidarlos? Si ella era una racionalista con símbolos cristianos en la cabeza y él un ser de intuición poco común y apasionamientos tan específicos. Si acaso ella no servía al cien por ciento para bajar a tierra a su propio compañero, que solía confundir pipas de girasol con ovnis. Si gracias a esa desmesura por demostrar que los e.t. siguen entre nosotros se convirtió en una peregrinación mística en busca de una verdad que parecía y parece no encontrarse en ningun lugar, pero escondida, parajójicamente, en todos lados.
Si el FBI se cansó de tenderles trampas, de engatusarlos, al punto de que tuvieron que salir fuentes legítimas de la institución a aclarar que la serie Expedientes x se basaba en hechos meramente ficcionales: solo me basta saber esto para darme cuenta de que no importa quien dice la verdad, sino que esa "verdad" fue tan fuerte que obligó la salida de voceros del FBI para dar explicaciones(!!)
Y si el tiempo pasa y nunca en vano, y la serie se retuerce cada vez más y exprime sus jugos paranoides hasta el hartazgo, pues déjenme entonces ahogarme en ese fruto prohibido que nos ofrecieron durante...9 años!!
De pronto, y gracias a tantos archivos esto se hizo posible, el mundo me resulta menos...lineal y, significativamente, más de doble linea, como para leer que detrás de las pequeñas cosas se esconden complejas circunstancias.
Promediando la serie, cuando ya no se podía tomar en serio a sí misma y nos enviaba esas parodias calculadas de un mundo que ya no era, yo aún me debatía entre mentiras y engaños, entre mundos distintos: él que creía ver frente al que supe descubrir.
Con chiste o sin chiste interno: algo serio se nos filtró a través de la pantalla, un canto de cisne para una utópica pero muy honesta concientización.
La serie ya acabó, pero la búsqueda está instalada, y ya no paran de buscar. Gracias Expedientes x.