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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Juan Rúas:
7
Drama En un pequeño pueblo de Castilla, en plena postguerra a mediados de los años cuarenta, Isabel y Ana, dos hermanas de ocho y seis años respectivamente, ven un domingo la película "El Doctor Frankenstein". A la pequeña la visión del film le causa tal impresión que no deja de hacer preguntas a su hermana mayor, que le asegura que el monstruo está vivo y se oculta cerca del pueblo. (FILMAFFINITY)
27 de noviembre de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien es cierto que El espíritu de la colmena condensa la actividad de toda esa familia española, es en las dos chicas donde sólo los fenómenos más relevantes pueden darse. Poseemos, sí, las reflexiones poéticas del padre, el aura protectora de la mujer y, casi como un miembro más de la familia, ese paisaje, entre árido y fértil, que rodea a la historia.

Es una película de locaciones: las vías del tren, aquél galpón abandonado con dos puertas, la habitación de las niñas, el lugar de sus "secretos" más personales. Y desde luego, aunque apenas aparezca en una secuencia, ese cine de pueblo que sirve a modo de catalizador de todas las inquietudes que se manejan. Erice compone planos suspendidos, estáticos, hay una belleza y una intensidad en algunos de ellos que prescinde de toda reflexión en pro de una imagen que delata una "presencia extra", no visible sino más bien sentida.

Pues bien, al foco del asunto: las dos niñas, con preferencia en Ana. Así como la rubiecita, cuyo nombre ahora no recuerdo, puede darse el lujo de maltratar un gato negro, hacer de su sangre un lapiz labial lúdico o saltar por encima de la fogata... Ana ya no puede hacerlo. Ana se ha dado cuenta de algo, aquella película le descubrió un rostro del mundo que antes no veía.
La muerte aparece en la película como una entidad, del todo sagrada, que instiga tanto a la atracción como al temor, si bien que también puede dar lugar a otras interpretaciones así que para no escribir un libro de dos tomos sólo me remitiré a ésta.

El espíritu de la colmena representa una toma de conciencia y una vuelta de página, la forma de expresarla es sutil, pero poderosa. Allí donde el mundo del cuento termina y una herida da lugar a que algo puede no andar bien, algo corre peligro, algo anda diferente a como solía vérsele. El descubrimiento de Ana lo vivimos todos, supongo que fue tan fuerte que sólo quedo lugar para naturalizarlo.
Juan Rúas
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