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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Juan Rúas:
7
Thriller. Acción. Drama. Cine negro Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon, su jefe, que conoce bien su talento al volante, lo mismo le busca directores de cine y televisión que criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver comienza a cambiar el día en ... [+]
27 de mayo de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El privilegio de la forma por sobre el contenido. Drive, la verdad, es que no tiene la culpa. ¿Porqué? Porque Refn, aún situándonos dentro de una estética netamente noventosa o, con más rigor, de fines de los ochenta y principios de los noventa, a elegido un género que casi siempre privilegia la forma por sobre el contenido.

El cine negro, noir o como sea, mostró su cara allá por los cuarenta. Fue el primer género descubierto por la crítica especializada (los demás ya existían previamente a la aparición del cine). Detectives, criminales, quiebre de las reglas éticas, mujeres fatales y películas cuidadosamente filmadas con supremacía de fotografías opacas, grises y bajo leyes expresionistas que dejaban ver en los clarooscuros su mayor virtud. Drive toma de aquel cine el riesgo por las formas, si bien que aplica sus raíces en el noir post-moderno chillón: escenas ralenttis, colorinche, música pop que acompaña, y a veces subordina las escenas haciendo que estas sigan la linea musical. Ampulosidad general.

Drive es ampulosa: un personaje oscuro de incierto pasado pero de poderoso e intenso presente decide ayudar a una familia cuya figura paterna tiene problemas con la mafia. La estética persigue una épica mal, en el buen sentido, disimulada, haciendo que las acciones del protagonista se eleven por encima de sus motivaciones y/o intereses personales. Esto remite al primer noir: el conductor nos lleva a la figura del detective que debe compensar una falta ajena. Puede quebrantar la ley, o directamente estar fuera de ella, y sin embargo sus principios morales se dejan ver en primer plano, puesto que él no actúa como un animal sino como hombre de principios. Que su furia personal se vea desbordada ya es otra cosa: otro elemento estético, porque a partir de allí la peli gana en climax progresivos, dotando al contenido escueto de maneras depuradas. Los sentimientos tormentosos del protagonista son la excusa de Refn para abordar sus acciones con tensión dramática.

Si dilapidamos Drive sepultamos las bases del cine negro. Ojo, podrían debatirse, se podría poner en tela de juicio su vacío conceptual. Pero deberíamos hablar de patrones genéricos, y no de una película en particular. Drive conduce a eso, al género al cual pertenece. De allí sus méritos y sus vicios.
Juan Rúas
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