Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Juan Rúas:
5
Terror Tras una carrera ayudando a los devotos a través de plegarias, el reverendo evangelista Cotton Marcus (Patrick Fabian) invita a un equipo de rodaje a que le sigan para documentar sus últimos días como exorcista en una pequeña población sureña y rural de Louisiana. Pero su fe pronto se verá puesta a prueba cuando se encuentra con Nell (Ashely Bell), una adolescente presa de posesión demoníaca que hará que Marcus se tenga que enfrentar ... [+]
15 de septiembre de 2010
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
A ésta altura del partido, y con más de quince películas rodadas de forma similar, el falso documental deja de ser un experimento taquillero, o una mera técnica, ya podemos hablar de un género con todas las de la ley. No sólo por su concepción de rodaje sino por sus temáticas, puesto que, salvo ejemplos como La celebración o alguna que otra entrega europea, las temáticas se han condensado en torno a lo sobrenatural, lo fantástico que irrumpe dentro de una realidad convencional y cerrada ejemplificada por la cámara en mano que pretende retratar lo cotidiano para luego encontrarse con "algo que sale mal", algo que escapa a los planes que podemos crear a partir de nuestra realidad diaria, y que definitivamente nos sobrepasa.

Porque mientras que otras pelis por lo general, ya sean de terror, maravillosas o fantásticas, establecen tarde o temprano un control sobre el nuevo contexto extraordinario, el método dogma parece anclarse en el descontrol definitivo, la falta de recursos posibles frente a esa nueva e inminente realidad que lo avasalla todo, incluso hasta llevarse por delante al mismo camarógrafo.

El último exorcismo no innova, más bien repite fórmulas tanto a nivel técnico como argumental. Algunos truquillos saltan a la vista: la cámara testigo suele situarse de maneras sospechosamente estéticas, en desmedro del afan documentativo; y el fuera de campo constante parece más una decisión que una circunstancia obligada por el contexto. Pero nuevamente funciona el elemento persecutorio, el climax in crescendo y los datos sueltos que forman la historia están bien distribuidos.

Eso sí: ahora que esta nueva forma de hacer cine se ha consolidado es tiempo de parar la pelota, mirar el terreno y redefinir el juego, porque esta peli patea al arco porque el arco ya había sido diseñado, pero la pierna que ejecuta el disparo aún aparece medio borrosa.
Juan Rúas
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow