Amarillo arena y mucho tiro, mucha bala. Invasión es tan uniforme que da susto. Posee la estética metálica seca y chaposa de En tierra hostil, de Bigelow, donde una cámara en mano, como aquí, nos mostraba el desastre como en un reportaje en vivo y en directo. Nada se le peuede achacar desde sus aspectos técnicos, pero lo cierto es que los bemditos extraterrestres son los menos chispeantes de los últimos años.
Uno de los detalles que uno no puede obviar es la clara tendencia a hacernos formar parte de ese grupo de marines, con sus técnicas de guerra y sus dilemas personales, queramos o no ingresar en dicho mundo. Esto hace que la peli derrame un tufillo bélico patriotero que a mí me las repanpinflas, pero es una cuestión de ideología. Con o sin ella, Invasión no logra salir de su propia monotonía, de su deja vu anunciado.