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Voto de Juan Rúas:
7
7,2
15.721
Drama
Jan (Daniel Brühl), Peter (Stipe Erceg) y Jule (Julia Jentsch) están disfrutando de su rebelde juventud. Les une su pasión por cambiar el estado del mundo. Se convierten en "Los edukadores", cuyas acciones no violentas tratan de avisar a los ricos locales de que sus días de abundancia están contados. Las complicaciones aparecen cuando Jule se enamora de ambos jóvenes. Además, una de sus operaciones se complica, y lo que se convierte en ... [+]
20 de julio de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué se puede decir de este director de largo apellido a su favor, o en su contra? En principio una ambivalencia trasladada al fim en cuestión, en donde la transgresión y la búsqueda de ciertas nuevas formas e ideologías copan la pantalla pero no se reducen a un mero acto vandálico, sino a una forma de purgación por parte de los "vándalos" y, sobre todo, del espectador.
Hablamos de un trío de jóvenes con un futuro por delante y con ideas bien de izquierda, bien radicales. Ellos se encargan de entrar a la casa de burgueses declarados como tales para avisar, mediante graffitis y demases, que el rumbo tomado por la sociedad deber ser otro. La mirada narrativa toma distancia, mucha distancia, no busca que estemos en contra de ellos pero tampoco a favor. Ahora bien, se produce un hecho que impacta directamente en las bases ideológicas que los jóvenes pretendían fomentar, dejando a la lectura del espectador en un terreno medio en donde los grises predominan, en donde ni la burguesía ni el otro lado de los bien aventurados económicamente pueden explicar desde esos ángulos.
Los Edukadores busca una mediación, un juez total que dictamine la sentencia no ya de culpas, sino de caminos erróneos que no se deben tomar pero sin dejar claro el sendero a seguir, como si esa ruta aún estuviera en construcción.
Hablamos de un trío de jóvenes con un futuro por delante y con ideas bien de izquierda, bien radicales. Ellos se encargan de entrar a la casa de burgueses declarados como tales para avisar, mediante graffitis y demases, que el rumbo tomado por la sociedad deber ser otro. La mirada narrativa toma distancia, mucha distancia, no busca que estemos en contra de ellos pero tampoco a favor. Ahora bien, se produce un hecho que impacta directamente en las bases ideológicas que los jóvenes pretendían fomentar, dejando a la lectura del espectador en un terreno medio en donde los grises predominan, en donde ni la burguesía ni el otro lado de los bien aventurados económicamente pueden explicar desde esos ángulos.
Los Edukadores busca una mediación, un juez total que dictamine la sentencia no ya de culpas, sino de caminos erróneos que no se deben tomar pero sin dejar claro el sendero a seguir, como si esa ruta aún estuviera en construcción.