Haciendo gala del amor por los spaguetti westerns, el cine clase b, las denotadas menciones a Tarantino y toda la mala leche acumulada, Perras furiosas subordina el argumento, un verdadero collage de secuencias hilarantes entre lo gore y lo ridículo ante las tres protas que pueblan la sub historia.

La peli bien podría no haberse hecho, puesto que la misión principal es mostrar tetas, culos, escenas lésbicas y todo un desfile de planos eróticos para la ocasión. Esto es lo que acontece en aquel tramo del desierto. Luego una gama de flash backs se encargan de armar el relleno de la peli, el 70 % restante, construyendo cuentitos con inicio, nudo y desenlace en menos de cinco minutos.

El problema es que carece de gracia, provoca porque hay tres verdaderas perras mostrando sus dotes, pero es tan vacío el envase en el que vienen, y tan americana la provocación, puesto que parecen prostitutas vírgenes y mojigatas, que poco o nada puede destacarse. El género...no es fácil de clasificar y tampoco importa demasiado, eso que en última instancia termina por sepultar la peli.
Que nada importa demasiado.