Nada resulta más fácil que separar los tantos de esta peli: Ciencia vs. inversión de capital con lo que dicha ciencia pueda otorgar a la comunidad científica. En el medio siempre está el famoso conflicto de intereses, o sea, todo esto se desarrolla porque los hijos de Fraser poseen una enfermedad, al parecer, incurable.
La palabra más importante de todo lo antes escrito: separar.

Porque esto la peli lo hace y en muy buenas raciones, porque asistimos a una colección de tecnicismos médicos que, increíblemente, se entienden. Hasta me dieron ganas de averiguar más cosas sobre el proceso enzimático...a ver si en wikipedia...

Lo cierto es que existe una cuestión emocional de fondo, sí, pero por momentos me parecía subordinada a las tantas idas y vueltas de un guión lineal y efectivo basado en: posibilidad, obstáculo, avance, retroceso, posibilidad, obstáculo, avance, etc.

Lo extraño es que, a pesar de quedar por debajo de los meollos profesionales que empapan la peli, el factor emocional podrá pecar de facilongo, sí, pero no atenta contra la estructura argumental. Resultan muy buenas las actuaciones de ambos protagonistas, especialmente en las maneras que tienen de interactuar. Porque Fraser da la talla de padre en eterna angustia y Ford conforma un más que aceptable teórico aficionado, egocéntrico y racional.

Medidas... desarrolla con pulcritud todo su arsenal de datos médicos y corporativos y, lo que es más importante, lo hace de forma clara, cuasi pedagógica.