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Voto de Redrum:
8
7,8
43.426
Drama
Alvin Straight (Richard Farnsworth) es un achacoso anciano que vive en Iowa con una hija discapacitada (Sissy Spacek). Además de sufrir un enfisema y pérdida de visión, tiene graves problemas de cadera que casi le impiden permanecer de pie. Cuando recibe la noticia de que su hermano Lyle (Stanton), con el que está enemistado desde hace diez años, ha sufrido un infarto, a pesar de su precario estado de salud, decide ir a verlo a ... [+]
14 de febrero de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A quién no le gustaría tener un abuelito con la sabiduría y la ternura de Alvin Straight (excelente Richard Farnsworth) un viudo de 73 años que vive en compañía de su hija Rose (una tierna Sissy Spacek) aquejada de problemas de lenguaje y la perdida de sus hijos.
A pesar de que Alvin padece enfisema, tiene mala una cadera y está lleno de achaques, es un viejito terco y bueno para los puros. Su médico le pidió estrictamente que dejara de fumar, pero él hace caso omiso a la recomendación. Con problemas serios de salud Alvin recibe la noticia de que su hermano Lyle sufrió un derrame y podía quedarle poco tiempo de vida. Los hermanos hasta entonces llevaban diez años sin hablarse, un silencio que Alvin atribuía al orgullo y a la bebida. El anciano quiere hacer las paces con su hermano antes de que sea demasiado tarde. Pero sucede que Lyle vive en Wisconsin, a cientos de kilómetros de Alvin quien no tenía mucho dinero, ni licencia de conducir. Si embargo, el veterano posee un tractorcito cortacésped, con el cual comienza toda una odisea hasta donde Lyle.
En su ruta Alvin conoce a diferentes personas con quienes comparte experiencias de vida y además les entrega sabias enseñanzas dignas de ponerlas en un marco. Para muestra un botón, me quedo con aquella respuesta de Alvin, cuando le consultan irrespetuosamente que es lo peor de ser viejo y el secamente responde: “Lo peor de ser viejo, es recordar cuando tú eras joven”.
A pesar de que Alvin padece enfisema, tiene mala una cadera y está lleno de achaques, es un viejito terco y bueno para los puros. Su médico le pidió estrictamente que dejara de fumar, pero él hace caso omiso a la recomendación. Con problemas serios de salud Alvin recibe la noticia de que su hermano Lyle sufrió un derrame y podía quedarle poco tiempo de vida. Los hermanos hasta entonces llevaban diez años sin hablarse, un silencio que Alvin atribuía al orgullo y a la bebida. El anciano quiere hacer las paces con su hermano antes de que sea demasiado tarde. Pero sucede que Lyle vive en Wisconsin, a cientos de kilómetros de Alvin quien no tenía mucho dinero, ni licencia de conducir. Si embargo, el veterano posee un tractorcito cortacésped, con el cual comienza toda una odisea hasta donde Lyle.
En su ruta Alvin conoce a diferentes personas con quienes comparte experiencias de vida y además les entrega sabias enseñanzas dignas de ponerlas en un marco. Para muestra un botón, me quedo con aquella respuesta de Alvin, cuando le consultan irrespetuosamente que es lo peor de ser viejo y el secamente responde: “Lo peor de ser viejo, es recordar cuando tú eras joven”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Un atípico Lynch
Es la primera vez que David Lynch dirige un guión que no ha escrito él. Y el resultado es una correcta obra traída desde la sencillez de su titulo “Una historia verdadera”. El argumento se basa en un hecho real publicado en el New York Times en 1994. El protagonista de la historia, Alvin Straight, falleció en 1996 y su familia tuvo que vender una podadora para hacer frente a los gastos del funeral. Fue Mary Sweeney, mujer del David Lynch y madre de su hijo, la que le dio a conocer la historia al realizador y quien participó en el guión y en el montaje, labor que está última también ha hecho para dos películas anteriores del director de “Terciopelo azul” (1984).
Siguiendo la tendencia del estilo del cine de Lynch, The Straight Store, no pertenecería a las ambiguas cintas del director norteamericano. Sin embargo, hay algunos elementos que nos recuerdan su cine, como la mística escena de los ciervos y los gemelos. Sin embargo, esta vez Lynch nos muestra una historia con personajes que podrían corresponder a cualquier ciudad del mundo con situaciones similares, y con las cuales nos identificamos. Ya no es su cine donde sus personajes pasan por un túnel oscuro para alcanzar la libertad.
En “Una historia verdadera”, vemos como el personaje principal realiza un viaje constante hacia la luz, no hacia la oscuridad. Alvin ciertamente pasa por algunas dificultades serias, como en la escena cuando casi sufre un serio accidente en su tractorcito en aquella peligrosa bajada. Sin embargo, el veterano de guerra sabe en su mente que está realizando un viaje contra el tiempo para hacer las pases con su hermano y poder morir tranquilo, es un viaje de vida o muerte sin retorno.
El único propósito de Alvin es ver una vez más las estrellas junto a su querido hermano, con él cual estuvo enfadado por muchos años. El viaje es un esfuerzo sobrehumano y lleno de simbolismos para el setentón. Es una especie de sacrificio, una expiación por los errores y los pecados cometidos durante toda una vida. Es la búsqueda de la redención, la cual no sólo significa hacer las pases con su hermano de sangre, sino hacer las pases con DIOS y alcanzar la libertad.
PD: Cabe destacar que el director de “Carretera pérdida” (1997) vuelve a colaborar en esta película con el director de fotografía Freddie Francis (El hombre elefante y Dune) y con la maravillosa música del compositor Angelo Badalamenti, autor de la mayoría de las bandas sonoras de sus filmes.
Es la primera vez que David Lynch dirige un guión que no ha escrito él. Y el resultado es una correcta obra traída desde la sencillez de su titulo “Una historia verdadera”. El argumento se basa en un hecho real publicado en el New York Times en 1994. El protagonista de la historia, Alvin Straight, falleció en 1996 y su familia tuvo que vender una podadora para hacer frente a los gastos del funeral. Fue Mary Sweeney, mujer del David Lynch y madre de su hijo, la que le dio a conocer la historia al realizador y quien participó en el guión y en el montaje, labor que está última también ha hecho para dos películas anteriores del director de “Terciopelo azul” (1984).
Siguiendo la tendencia del estilo del cine de Lynch, The Straight Store, no pertenecería a las ambiguas cintas del director norteamericano. Sin embargo, hay algunos elementos que nos recuerdan su cine, como la mística escena de los ciervos y los gemelos. Sin embargo, esta vez Lynch nos muestra una historia con personajes que podrían corresponder a cualquier ciudad del mundo con situaciones similares, y con las cuales nos identificamos. Ya no es su cine donde sus personajes pasan por un túnel oscuro para alcanzar la libertad.
En “Una historia verdadera”, vemos como el personaje principal realiza un viaje constante hacia la luz, no hacia la oscuridad. Alvin ciertamente pasa por algunas dificultades serias, como en la escena cuando casi sufre un serio accidente en su tractorcito en aquella peligrosa bajada. Sin embargo, el veterano de guerra sabe en su mente que está realizando un viaje contra el tiempo para hacer las pases con su hermano y poder morir tranquilo, es un viaje de vida o muerte sin retorno.
El único propósito de Alvin es ver una vez más las estrellas junto a su querido hermano, con él cual estuvo enfadado por muchos años. El viaje es un esfuerzo sobrehumano y lleno de simbolismos para el setentón. Es una especie de sacrificio, una expiación por los errores y los pecados cometidos durante toda una vida. Es la búsqueda de la redención, la cual no sólo significa hacer las pases con su hermano de sangre, sino hacer las pases con DIOS y alcanzar la libertad.
PD: Cabe destacar que el director de “Carretera pérdida” (1997) vuelve a colaborar en esta película con el director de fotografía Freddie Francis (El hombre elefante y Dune) y con la maravillosa música del compositor Angelo Badalamenti, autor de la mayoría de las bandas sonoras de sus filmes.