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España España · Madrid
Voto de elChupao:
2
Terror. Thriller. Drama Un psicólogo, que quiere ayudar a su mujer a superar la muerte de su hijo en un accidente, decide llevarla a una cabaña perdida en medio de un bosque, donde ella había pasado el último verano con el niño. Sin embargo, la terapia no funciona, y tanto ella como la naturaleza empiezan a comportarse de un modo extraño. (FILMAFFINITY)
23 de agosto de 2009
28 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que el bueno de Lars se medio disculpe por su último trabajo, aduciendo que cuando escribió el guión estaba inmerso en una monumental depresión, es un buen indicio. Así empiezan los alcohólicos que buscan rehabilitarse. Reconociendo sus culpas. Y digo medio disculpe porque en el fondo el tío está orgulloso de su retoño recién parido. En cierta manera, lo que hace es ponerse el escudo por si vienen mal dadas aunque reconociendo que volvería a hacer lo mismo. A ver si en vez de rehabilitarse lo que pretende es regodearse cual gorrino en el barro. En cualquier caso, alguien debió avisarle (tal vez sus amiguitos de Cannes que le ríen todas las gracietas) de que mezclar el prozac con según que sustancias no puede traer nada bueno a la cabeza.

Ya que Von Trier ha dibujado su último trabajo a modo de capítulos y epílogo, procederé a analizarla de igual manera, separando la primera parte de la segunda. De hecho, lo poco bueno que se puede decir se encuentra en la primera mitad donde podemos encontrar una puesta en escena sin concesiones. Una pareja abatida por la pérdida de su hijo y como tratan de afrontar la lucha interna para sobreponerse a ello. Para mostrarlo no se anda con rodeos ni nada que pueda distraer la atención de la pareja protagonista y casi absoluta de todo el metraje. En este aspecto hay que reconocer que lo que en un principio se echa en falta, resulta ser uno de los poquísimos aciertos reconocibles: la ausencia de música. Tan solo nos deja oír los diálogos y los silencios de la pareja. Apoyando este supuesto drama psicológico, destaca la gran fotografía intimista y a ratos onírica que sobre todo en la parte del bosque se mantiene como un vehículo necesario para tratar de empatizar con los miedos y traumas de los protagonistas.

Todo lo apreciable que pudiéramos encontrar en la primera hora, se desmorona de golpe en la media hora final de la forma más tosca, grosera y desagradable que uno pueda imaginar. En ese sentido es justo reconocer la valentía de dos actores con cierta trayectoria, más él que ella, para defender la aberración engendrada por el tío Lars en su desenlace. Así asistimos a la conversión de Charlotte Gainsbourg en la prima sádica de Annie Wilkes con ideas propias de la saga Saw y como a base de planos altamente explícitos, hace que El imperio de los sentidos parezca un episodio de los teletubbies. En otros tiempos, esta cinta al alcance de cualquier espectador, iría acompañada inevitablemente de una calificación “S” como mínimo, aquellas que avisaban de que las películas podían herir la sensibilidad del espectador. Uno, que se creía a estas alturas curado de espanto, no puede evitar sentirse agredido ante la brutal falta de sutileza de las imágenes que tan solo buscan una manera cutre de hacerse el trasgresor golpeando en la cara del espectador con todo el mal gusto al alcance de su deprimida mente enfermiza. En este aspecto tampoco escatima en alardes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
elChupao
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