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España España · Madrid
Voto de elChupao:
5
Drama Nana (Kelyna Lecomte) es una niña de cuatro años que vive con su madre en una casa en el bosque. Una tarde, cuando vuelve del colegio, descubre la soledad: su madre no está y todo es silencio. A partir de entonces no tendrá más remedio que arreglárselas por sí misma, utilizando su precoz libertad para adueñarse del mundo. (FILMAFFINITY)
16 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que por salirse de los cánones del circuito más comercial, solo consiguen llegar avaladas previo paso exitoso por algún de los cientos de festivales que hay por todo el mundo. Aún así, depende mucho donde las hayan reconocido de cara al espectador. A modo de referencia, no es lo mismo haber triunfado en Valladolid, Málaga, San Sebastián o Sitges, por citar tan solo alguno de los festivales patrios. Ni siquiera los grandes premios internacionales con sus jurados variables pueden llegar a tomarse como algo fidedigno de calidad continuada o un estilo propio de reconocimiento de estilo. Balada triste de trompeta jamás hubiera imaginado que ganaría en Venecia de no haber estado Quentin Tarantino de presidente del jurado aquel año. Con esto quiero decir que porque una cinta llegue premiada por un festival tan particular como el de Locarno no tiene porqué significar automáticamente que nos encontramos ante una película de calidad incuestionable.

De hecho, la ópera prima de la fotógrafa Valérie Massadian (quien no parece haber entendido muy bien la transición que separa la fotografía del cine), se mueve por un camino entre lo experimental, la actitud contemplativa y el cinéma verité que, unido a la inexperiencia en el medio, dejan un acabado más propio de un proyecto de fin de carrera en cualquier escuela de cine que de producto con una calidad mínima para llegar a ser proyectada en cines más allá de los mencionados festivales. A la hora de construir este incompleto y casi insustancial drama rural, resulta insuficiente plantar (literalmente) la cámara en algún sitio nivelado para que no cojee el trípode y lanzar fotos en movimiento sin importar que la dirección suceda a dos o veinte metros del objetivo. Si alguien tenía un reto con esta película es sin duda el técnico de sonido. Si a alguien se lo pusieron fácil fue al encargado de la iluminación. Prácticamente rodada con luz natural, los cambios de luz provocados por las nubes tapando momentáneamente el sol quedan algo extraño.

Si las escenas no lucieran tan improvisadas buscando naturalidad, al menos se podría destacar el trabajo de la pequeña protagonista, pero por mucho que las diferencias sean odiosas, después de haber visto hace pocos meses a la pequeña Hushpuppy de Bestias del sur salvaje, entre ella y Nana queda una diferencia abismal. No llega a resultar entrañable, no llega a inspirar lástima, no llega a provocar preocupación, no llega. Un drama que dura día y medio da para muy poco. De hecho, a la directora le ha dado para poco más de una hora. Largo para ser un corto, corto para ser un largo. Por mucho que trate de plasmar la vida y la muerte como un juego de niños, el cine debe ser algo más serio.
elChupao
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