Las películas de atracos son un subgénero muy productivo dentro del cine. El clan de los sicilianos se podría ubicar dentro de ese subgénero, pero salvo en contados momentos no logra estar a la altura de clásicos como La jungla de asfalto o Atraco perfecto. Uno de esos momentos es la fuga que protagoniza Alain Delon cuando es llevado a prisión en un furgón policial, ahí Henri Verneuil consigue mantener al espectador pegado a su asiento gracias a la tensión y precisión con la que narra esa fuga.
A partir de la primera hora de película esta sufre un bajón, coincidiendo precisamente con el robo de joyas, lo que debería haber sido la parte más emocionante de la trama. A pesar de ello, El clan de los sicilianos creo que consigue el objetivo mínimo de entretener con la condición de que uno no se ponga muy exquisito.
Lo peor, la banda sonora de spaghetti-western que entra en escena casi siempre de forma demasiado abrupta.