Con pocos mimbres escénicos, y con una intención "teatral" Polanski nos ofrece la enésima delicia con esta "La Venus de las pieles". No es un plato apto para todos los paladares, pero casi ninguna de sus películas lo son -podemos exceptuar alguna reciente que tiene aroma de encargo-.
La historia transcurre en una noche y con únicamente dos personajes soberbiamente interpretados por Amalric y Seigner: el juego de seducción obsesiva y perversa, la manipulación de los sentimientos, el encanto de lo que se oculta a los demás, y miserias humanas varias están presentes en la audición de madrugada que un director cansado de si mismo y una actriz libertaria y dominadora pasan repasando la obra en un teatro en penumbra.
Todo es notable en la película: filmación, trama, interpretación -hay química entre ambos, y se nota que se lo pasan estupendamente-, banda sonora y hasta el final está muy bien resuelto. Altamente recomendable vamos.
Si os gustan las Polanski-obsesiones no lo dudéis.
Nota: 7,45.