Han pasado más de veinte años y ya se pueden valorar muchas cosas de los ochenta sin caer en la crónica apresurada... es broma!! Para hacer una crítica de esta película no hay que rebanarse los sesos precisamente.
Las historias de superación siempre han gustado al "gran público", y por ende a las productoras de Hollywood. Añadamos conflicto intergeneracional y de culturas y razas distintas, y ya solamente nos faltará la guinda del torneo deportivo de turno y amoríos juveniles para obtener uno de los "hits" más inexplicables de la década en cuestión.
Punto de arranque de dos carreras cinematográficas que parecían destinadas al estrellato y que al final no: un Ralph Macchio perdido para la causa después de la más estimable "Crossroads" y una Elisabeth Shue que al menos sí mordió la manzana del éxito a final de los noventa con Nicholas Cage, pero que después tuvo al peor agente -o de los peores- de la historia del cine. Decidir la historia/guión/papel adecuado/elenco adecuados lo es todo...
Lo mejor: el autismo del profesor japo en el camino de la sabiduría.
Lo peor: Se produjeron infinidad de esguinces de grado 2 y roturas de ligamento debido a la imitación de "la patada de la grulla".
Nota: 5,65.