Me siento totalmente fuera de onda entre tanta teSnología, tanto guap@ y además superdotad@ finalmente embaucados por las luchas de poder de toda la vida de dos señores mayores jugando a amos y siervos de la gleba. Admito mi falta de reconocimiento hacia la mayoría de piruetas en clave millenial; prefiero tragarme las píldoras con el envoltorio futurista distópico que tanto gusta hoy en día. Al menos que nos den tiempo a los viejóvenes a alcanzar la senectud para podernos encapsular a lo Matrix y así no molestar a tanto listo arribista, que además tiene tiempo para ser un mazas de gimnasio, engañar a la chica cortada por los mismo parámetros, y finalmente ser ético y estético con la justicia. De traca señores!
Nos queda a los demás que no podemos ser tan geniales el pobre padre, tachado de "simplemente trabajador honroso y honrado" como bálsamo entre tanta maldad, ganas de triunfo porque sí e insustancialidad total en base al poder.
El cuatro raspado se lo pongo por el patetismo de Gary, la bonhomía de Dreyfuss, el rapado de Ford y los abominables, perdón abdominales, de Hemsworth. Si éstos hablaran, este chaval tendría una colección de estatuillas doradas en cinco años.
Está bien rodada y no es excesivamente larga, pero se me ocurren al menos una docena de películas mejores que describen estas batallas empresariales en las alturas que finalmente enmascaran carencias humanas y morales que ya aparecían en Atapuerca por un quítame allá ese mamut.
Eso sí, se la ve venir desde el minuto quince...nada es lo que parece. Nota: 4,15.