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España España · barcelona
Voto de avanti:
5
Comedia. Romance Allen (Woody Allen), un artista neoyorkino que no consigue alcanzar el éxito, tiene un protegido, Jerry Falk (Jason Biggs), que aspira a ser escritor y que vive permanentemente atormentado. Su representante (Danny DeVito), que no tiene más cliente que él, no le hace ni caso. Jerry se enamora perdidamente de Amanda (Christina Ricci), una joven emancipada e imprevisible que sólo le causa quebraderos de cabeza. (FILMAFFINITY)
17 de agosto de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que en 1965 Woody Allen escribiese guiones para el cine, y anteriormente chistes y relatos cortos, sus personajes protagonistas derivaban claramente hacia caracteres muy definidos maximizando sus peculiaridades: él mismo en Lily la tigresa (1966) presentándose a la cámara con mucha seguridad y más vehemencia aclarando ‘el experimento’ presentado; Linda (Diane Keaton) en Sueños de un seductor(1972), mostrando todo un repertorio en el gesto y la actitud con un personaje emocionalmente variable y convincente, o el comedido marido sin aparentes problemas Elliot (Michael Caine) en Hannah y sus hermanas (1986). Actitudes y personajes creíbles, que comulgan con la cámara, llenan el mágico rectángulo de la pantalla, convencen al espectador y hacen creíble el guión, el personaje y la película. Algo menos logrado en parte, nos encontramos en Todo lo demás (2003).

Los dos personajes principales que Woody Allen nos muestra: Jerry Falk (Jason Biggs) y Amanda (Christina Ricci) recuerdan en sus intervenciones las escenas de casting y ensayo que pudimos ver en una de las escenas finales de Annie Hall (1977) donde se escenificaba el final ideal de Annie y Alvy. En Jerry y Amanda, hay demasiada contención en ambos personajes, mucho estiramiento, inseguras replicas, actuaciones que se van a los extremos por exceso o por defecto en actitudes no demasiado implícitas con los personajes que representan. Algo más creíble es la intervención de Paula (Stockard Channing) madre de Amanda, ruidosa, nada discreta, bulliciosa y poco respetuosa con la intimidad, así como la del adormilado Psiquiatra (William Hill) que lleva los asuntos emocionales de Falk.

Los otros dos personajes en liza: Harvey Wexler (Danny DeVito) y David Dovel (Woody Allen), encajarían en el carismático grupo de los convincentes, representan dos personajes pretenciosos y cargados de hábitos y prejuicios comunes: Harvey es el agente representante de Jerry que normalmente no consigue nada y le cobra un alto precio por sus servicios que raramente se cumplen. Es acaparador, se cree que domina el mercado, luce de contactos profesionales, cuando en realidad solo tiene un representado al que le presta la mínima atención, ganando sus elevados porcentajes con el mínimo esfuerzo. Dovel es el experimentado escritor de vuelta por la experiencia acumulada, vengativo sin remisión con los que abusan de sus mayorías brutas, y atento mentor del inseguro Jerry que no ha aprendido a decir no, de donde le vienen los problemas de convivencia con su liberal novia y la aprovechada inquilina temporal de la madre de Amanda.

En conjunto, Todo lo demás, podríamos considerarla como una película de paso sin otras pretensiones que no sean admiración y respeto profesional al elenco por todos los papeles representados, algo estirados en algunos casos y, sabidos o mecanizados en otros, por experiencia o por implicación. Woody Allen no pierde oportunidad para regalarnos magníficas actuaciones musicales de artistas invitados como Itzhak Perlman y Navah Perlman en Todos dicen I love you (1996), o la brillante Diana Krall en la película que nos ocupa, además de la excelente selección de su banda sonora y poco más.
avanti
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