The Greenhouse Jungle (La selva del invernadero) 1972, segundo telefilm de la segunda temporada, nos traslada a un invernadero, o solárium (según se refieran a él algunos de los protagonistas), lugar de encuentros, disputas y soluciones de los problemas que el director Boris Sagal nos presenta en el telefilm que nos ocupa. Los hechos, con origen en el desamor, el dinero y un tío extremadamente rencoroso y mortal consejero, conforman el triángulo de las disputas al que debemos añadir un cuarto elemento: la infidelidad.

Cathy Goodland (Sandra Smith) esposa del maleable inmaduro, descentrado y despistado esposo Tony Goodland (Braford Dillman), preocupado fundamentalmente por el bienestar de su propia esposa, situación débilmente reciproca en ella, genera una convivencia de difícil solución en ambos. Así, el fantasma de la falta de recursos, y la constante intromisión de tío Jarvis Goodland (Ray Milland) en la vida del matrimonio crea una continuada situación de difícil convivencia en el joven matrimonio.

El malvado ingenio de Jarvis, planea la simulación de un secuestro y rescate con la complicidad del inseguro Tony, una oportunidad perfecta para hacerse con el fideicomiso (conseguido por el rescate) que generaría riqueza inmediata para los bolsillos de Jarvis según un plan hábilmente urdido debido al falso secuestro que paliarían los precarios recursos económicos de Jarvis Dillman.

La teoría (como sucede en estos casos es perfecta) llevada a la práctica siempre deja rastro y algún asesinato, suficientes motivos para que Colombo entre en acción con el caso conocido como La selva del invernadero, acompañado por el estirado y sesudo sargento Frederic Wilson (Bob Dishy) portador de modernas técnicas de investigación que (en opinión de sus superiores) pretenden facilitar las acciones del veterano, ‘casi leyenda’ teniente Colombo.

Ken Nichols (William Smith), amigo de la familia se muestra dispuesto a ‘paliar’ las preocupaciones de la mejor manera que sabe a la esposa de Tony, una situación más que pasajera al ser descubierta por Jarvis y salir a la luz los (como no) intereses materiales que el amigo tiene pendientes.Similares intereses mantiene Gloria West (Arlene Martel) con Tony, ambos casos ligados y puestos sobre el tapete a partir de las contundentes pesquisas de nuestro teniente investigador quien, con su habitual e intencionada discreción los coloca en el lugar que les corresponde.

En el rastreo, con presentaciones incluidas, donde, la experimentada percepción de Colombo ve contrariedades entre los Dillman, sorpresa por los deseos manifestados entre sus miembros y situaciones nada lógicas que conduce al investigador detective (junto a sus naturales recursos de inmediatez y intromisión) a solucionar un caso que, casualidades del destino, queda ligado a los Dillman, con un caso investigado anteriormente por invasión en propiedad privada, elemento fundamental que proporcionará la pista necesaria para el esclarecimiento de la muerte por asesinato de Tony Goodland.

Complemento genealógico: Colombo cita a su mujer en cuatro ocasiones.