David Gordon Green ha conseguido lo que a muchos les ha costado, y viendo su filmografia el mérito es aún mayor, y es que después de muchas cintas a sus espaldas en los últimos años, Nicolas parece haber encontrado su lugar y vuelve a ser el que un día fue.

La película destila aires de película independiente por todos lados, y eso hace que al público más selecto les llame la atención su platenamiento, esos aires sureños los transportan a un film en el que dejamos atrás lo comercial y nos centramos en su contenido, buscando algo de calidad entre tanto blockbuster.

La trama tiene un fuerte gancho y son el de dos de sus actores principales, tanto Cage como Tye hacen un trabajo muy bueno, que nos meten de lleno en una historia, bien contada, que resulta fresca, que logra sacarnos la sonrisa, que nos mantiene en cierto grado de sugestión y que logra meternos en una historia que puede verse como algo repetitivo pero que si nos fijamos en su núcleo podemos ver que resulta más notable que sus antecesoras.

La película está muy bien acompañada por la cámara, por los planos secuenciales y por un sonido y banda sonora que no nos dejan aburrirnos en absoluto.

Los contras que le podemos sacar son varios, como el no tener en momento central de delirio que haga mantenernos agarrados a la butaca , lo simple que puede parecer el guión que hace que se vea como un producto controlado y manejable y que quizás 20 minutos menos hubiera estado mejor.

Como conclusión podemos decir, que la cinta merece la pena ser vista, ya que el resurgir de Cage y el descubrimiento de Tye es algo más que recomendable y hacen de ella algo que puede sorprender a mucha gente y a los que no, podrán ver dos grandes actores, haciéndose más grandes.


Lo mejor: Ese dúo dinámico
Lo peor: Los prejuicios a Cage no la vienen bien.

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