Buen documental sobre una de las figuras más importantes en el mundo del motor en España. Fernando Alonso, personaje muy celoso de su intimidad se abre un poco y nos muestra aspectos de su vida cotidiana con su pareja Linda Morselli en su casa de Suiza y otros aspectos internos muy interesantes en su decisión en carreras y trayectoria deportiva. Se centra sobre todo en el presente.

Presta gran importancia al objetivo de Fernando una vez que abandona la F-1, la Triple Corona: el G. P. de Mónaco, las 24 horas de Le Mans y la única que le queda por ganar, las 500 millas de Indianápolis.

Las imágenes de las carreras son espectaculares, sobre todo las de dentro del coche, mis favoritas son las del Dakar con su copiloto, Marc Coma, que fue 5 veces ganador del Dakar en motos. La relación de Fernando con Carlos Sainz y su hijo, queda muy bien retratada, como un amistoso partido de tenis, y la competitividad de Alonso.

El documental es bastante más interesante que un Gran Premio de F-1. El punto fuerte reside en la espectacularidad de las imágenes sobre todo dentro del coche, pero no es algo que no hubiéramos visto ya. Aparecen personas muy relevantes hablando sobre Fernando como su manager, su hermana, pilotos como Marc Gené o diversos periodistas. Intenta también reflejar el lado más personal : “No me gusta el tráfico, no me gustan las grandes ciudades: Volver a mi tierra (Oviedo) es siempre un momento de cargar pilas”.

Más interesante me parece las imágenes de Fernando de niño, grabadas de manera casera, con solo 3 años ya participaba en carreras de karts, algo hoy totalmente impensable, como muy bien dice Lorena Alonso, su hermana. Evidentemente, hay situaciones muy bien explicadas, como la carrera “mentalmente más exigente” para Fernando, la carrera de Spa, en donde incluso llegaron a caer copos de nieve, o el trabajo de los mecánicos en Indianápolis después de un accidente.

Lo que no me convence, y me hace bajar la nota es el montaje. Es dinámico, sí, pero demasiado. Demasiados saltos en el tiempo, pasa de una cosa a otra, a veces sin profundizar. Para quien no haya seguido mucho la carrera de Alonso, se puede perder, lo mismo aparece con un Toyota de 1000 caballos, que pasa a otra carrera con otro monoplaza. Por ejemplo, en el capítulo 2 de repente está en “El hormiguero” de Pablo Motos y salta a la carrera de Indianápolis.

La música electrónica sí que me parece muy acertada, le da un plus de tensión. En general, técnicamente está muy bien hecho, lástima no haber contado las cosas de una manera más ordenada, si no cronológicamente, sí al menos con un cierto orden.
Por lo demás, bienvenido sea.

Queda reflejada muy bien la mentalidad del campeón asturiano: “Lo único que me importa es ganar”.