Película sobre relaciones sentimentales de parejas de clase media norteamericana, sobre los 40 años, con éxito profesional en sus carreras pero con lagunas en lo personal. Todos los personajes atraviesan una crisis, sea propia o de su pareja. Unos por inseguridad o falta de autoestima, otros por falta de valentía para asumir sus gustos sexuales.
La película dibuja una nítida fotografía de una parte de la sociedad madura de hoy, que busca su rumbo dando palos de ciego, mirándose sólo y exclusivamente su ombligo.

Cuenta con un atractivo reparto. Ben Stiller hace un papel serio, de profesor de interpretación, aunque le toca bailar con la más fea: su personaje es aborrecible de cara al espectador: habla por los codos (aunque en el fondo nunca diga nada), incluso en plenas incursiones sexuales. Por otro lado, tiene varios cara a cara con Katherine Keener (su pareja), una actriz que derrocha interpretación por los cuatro costados, y que se lo come en pantalla.
Jason Patric es un personaje que no termina de llegar al espectador, quizá por su persistente indolencia. Como han señalado varios usuarios, su momento estelar es en las duchas, realizando su confesión, pero luego de nuevo se hace distante.

Me parece que la película acusa falta de dinamismo y, al basar su mayor parte en los diálogos, cuando éstos no son brillantes (lo es la confesión) o especialmente interesantes, baja el listón de manera alarmante.
Para un servidor, lo mejor son las actrices y Aaron Eckhart, el más creíble y mejor actor dramático de los tres. Keener en su línea de mujer fuerte y segura (no tiene miedo a ser encasillada). Natasia Kinski sigue gustando y sacando petróleo de su inocuo papel, aportando frescura, y sirviendo de termómetro en su breve interacción con los demás actores, pues sirve para ver cómo reacciona cada uno exactamente en la misma situación.

Neil Labute hace un retrato de personajes cínicos y egoístas con un galopante problema de incomunicación. Buscan sólo satisfacer las necesidades individuales, con el sexo como meta dominante.
En definitiva, una buena radiografía moral de la sociedad actual, aunque con irregular resultado.