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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
8
Drama Susanne es dueña de una agencia de modelos en Estocolmo. Doris, su modelo más popular, tiene una discusión con su novio, Palle, justo antes de que ella vaya con Susanne a Gotemburgo para ser fotografiada en una nueva colección. En Gotemburgo, Doris se encuentra con un cónsul de edad avanzada, que ve en ella un parecido sorprendente con su esposa, ahora en un hospital psiquiátrico. El cónsul satisface los deseos de Doris, comprándole ... [+]
7 de junio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta fascinante abordar cronológicamente la filmografía de Bergman. Después de películas tan distintas como la mítica “Un verano con Mónica” o “Noche de circo”, ambas de 1953 (confieso que no he podido ver “Una lección de amor de 1954), descubro “Sueños”.

Y, sobre todo, descubro a Eva Dahlbeck. A Harriet Anderson, la inmortal Mónica y a Gunnar Björnstrand (genial pastor en “Los comulgantes”) ya los había visto antes.

Eva, decía, es Susanne, editora de una revista de moda, elegante, reservada, exquisita en sus modales, sofisticada, y de una belleza ,madura cautivadora (en su época también fue modelo), pero locamente enamorada; un amor pasional hacia un hombre casado y con hijos con el que mantuvo una relación y por el que aún palpita. Maravillosa la actuación de Eva Dahlbeck.
Más allá de este hallazgo, la película contiene elementos puramente “bergmanianos”, salpicados con otros muy llamativos y esbozos de sus obras maestras posteriores.

En cuanto a lo llamativo:
-Reminiscencias “buñuelescas”: muy evidente en la historia del cónsul adinerado que regala a la bella modelo todo tipo de parabienes (carísimos) a cambio, en principio, de su compañía.
-sorprendente montaje a los Hitchcock, en el “infernal” paseo por el parque de atracciones, montaña rusa, expreso del pánico, y en el intento de suicidio Susanne en el tren.
- el paralelismo entre las dos historias de mujeres “amantes”.

Y no faltan los temas que le acompañan durante toda su obra y que irá puliendo en los siguientes años.
-El tema del tiempo, al comienzo, con el incesante tic-tac, omnipresente.
-El gusto por el silencio en determinados momentos; en los primeros 6 minutos, en la sesión fotográfica de las modelos no se dice una sola palabra.
-El tema de la pareja; aquí cabría el sexo, el desamor, la infidelidad,…
-Más adelante irá añadiendo la muerte (aquí se esboza en el cónsul y sus achaques), el sentido de la vida, la culpa, la existencia de Dios, el pecado,…

Respecto a la película en sí, contiene una narración sencilla, con dos historias casi paralelas, con dos mujeres como ejes centrales en dos relatos sentimentales amargos, en los que se hace un alegato en favor de la independencia de la mujer, con una incisiva capacidad para penetrar dentro del alma femenina y un gran interés en ahondar en la psicología de los personajes. Está muy presente la dicotomía ilusión (sueños)/realidad, como en “Un verano con Mónica”.

La dirección de actores, como siempre, es portentosa. Ninguno de los actores puede decirse que esté mal. Incluso los muy secundarios como el repulsivo obeso del estudio, o la chantajista hija del cónsul.

Parece ser que durante esta época se produjo la ruptura sentimental de Bergman con Harriet Anderson, algo que podría reflejarse en la relación de Henrik y Susanne, la magnífica Eva Dahlbeck (no me canso de elogiarla). En sus memorias, Harriet Anderson cuenta que ella quedó embarazada, algo que no le hizo ninguna gracia a Bergman. Para ella, en un gran momento de su carrera, tampoco era una buena noticia, con lo que acabó abortando, y la relación terminó zozobrando. Hay que escuchar los diálogos de Susanne, pues, con más atención si cabe.

En definitiva, es claramente inferior a sus obras maestras, pero en Bergman siempre hay apuntes interesantes, momentos de buen cine y hallazgos interesantes. De entre las llamadas "desconocidas" de esta primera época, una de las que más me han gustado.
Gabriel Ufa
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