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Voto de Palomitasconchoco:
8
Drama. Comedia Después de obtener un éxito rotundo, un director de cine atraviesa una crisis de creatividad e intenta inútilmente hacer una nueva película. En esta situación, empieza a pasar revista a los hechos más importantes de su vida y a recordar a todas las mujeres a las que ha amado. (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Déjate llevar. Fellini juega al trilero cambiando el cine para siempre… ahora por aquí… ahora por allá… es magia, es arte. Como las famosas muñecas rusas (matrioshka) que se esconden unas dentro de las otras, el genial director italiano esconde una película, dentro de otra, dentro de un sueño, dentro de los recuerdos de infancia del propio director, y con todo hace malabares, salpica la pantalla de frenesí, de delirios, de escandalosos sueños psicoanalizados, de belleza, de escenas costumbristas, de rencores eclesiásticos y de mucho cine, de metacine en todas sus facetas en las que ni siquiera el alter ego creador sale bien parado.

La magnitud de la obra es tal, que Fellini prácticamente requirió de inventar un nuevo lenguaje cinematográfico para engranar esta nebulosa, esta compleja red artificial destinada a las profundidades del alma. Se vale para ello de poderosas y evocadoras imágenes, planos lejanísimos para mostrar la soledad del hombre como en un cuadro de Friedrich, microelipsis para acelerar la resolución de un sueño, iluminaciones aberrantes que pasan del fogonazo de luz a la más tenebrista oscuridad sin avisar, entelequias conceptuales para dibujar tan especial universo…

Todo el proceso es apasionante, intuitivo, arte extremo… pero como ocurre muchas veces cuando hablamos de arte con mayúsculas en su concepción más intelectual, tiene un problema, la egolatría.

‘Ocho y medio’ es un peliculón, pero no está hecho para el gran público, ni siquiera para el pequeño público, está hecho para el propio Fellini, para escarbar en sus recuerdos, para autoexhibirse. No queda ninguna duda de que el personaje interpretado por el gran Marcello Mastroianni (Guido Anselmi) como director de cine en crisis creativa, no muestra más que las dudas del propio Fellini, sus propios temores a perder su esencia intelectual, sus sueños de alzarse como macho dominante en su harem de actrices, su tendencia a banalizar aquello que no le gusta (como hacen los grandes egos). La película es Fellini, y Fellini tiene escenas y recuerdos y una capacidad técnica memorable y digna de aclamar y admirar, aunque su particular rebelión contra el cine no llegue a muchos, aunque se enrede en los círculos de la crítica especializada.

De fotografía deslumbrante, con buenas interpretaciones (con una aparición estelar de la gran Claudia Cardinalle) y con una banda sonora que sí ha traspasado fronteras temporales (su misiquilla circense aún resuena en la memoria de muchos). A veces resulta inconexa en los recuerdos que se desperdigan, a veces parece perdida y embrollada, demasiado compleja, pero … que se le puede reprochar a una película que habla de sí misma, ¿Quién soy yo para juzgarla si la obra se juzga a sí?… No obstante le pondré una nota para no perder la costumbre.

http://palomitasconchoco.wordpress.com
Palomitasconchoco
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