Curioso, interesante y entretenido el documental viene a mostrar una historia desconocida (al menos para mí) sobre los llamados topos, las personas pertenecientes al bando republicano durante la guerra civil y que se escondieron durante décadas en escondrijos en su propia casa para evitar ser fusilados por la dictadura franquista.
Lo que consigue el realizador nacido en Huelva, Manuel H. Martín, es encontrar una nueva vuelta de tuerca a un tema ya tan trillado en España como es la Guerra civil y la represión posterior. El director onubense lo consigue con una historia fascinante y contada de una forma diferente, entremezclando las entrevistas de varios protagonistas e historiadores del asunto, dibujos inanimados (es la cámara la que se mueve sobre lo pintado) para contar escenas concretas que quiere resaltar y algunas imágenes de archivo para recrear la vida en la época. El resultado es el de traer un pequeño milagro desde el pasado, una triste historia de superación, llena de dificultades y muy difícil de creer si no fuera por la precisión documental de la que se guarda el director, para que ineludiblemente sepamos que aquello ocurrió de verdad, que el drama existió y tuvo nombres y apellidos, y sobre todo, que no fue el único caso, sino que en toda España hubo muchos casos parecidos, cada uno con sus circunstancias, pero todos ellos topos en su propia casa.
La música de Pablo Cervantes, junto con algunas composiciones de flamenco alusivas a la época, también sirven para profundizar y ayudar en la narración, formando parte de una historia increíble de un hombre que una vez estuvo encerrado 30 años en su propia casa.