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Voto de Palomitasconchoco:
5
Drama Kanji Watanabe es un viejo funcionario público que arrastra una vida monótona y gris, sin hacer prácticamente nada. Sin embargo, no es consciente del vacío de su existencia hasta que un día le diagnostican un cáncer incurable. Con la certeza de que el fin de sus días se acerca, surge en él la necesidad de buscarle un sentido a la vida. (FILMAFFINITY)
1 de agosto de 2012
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con muchas connotaciones filosóficas, Vivir (Ikiru), se adentra en profundas reflexiones acerca de la vida y la muerte, pero con un acertado sentido práctico que hace que el razonamiento llevado a cabo por Kurosawa cale hondo en lo más profano de nuestras vidas y nos lleve a ver con claridad la levedad del tiempo, la irresponsabilidad de no aprovechar las oportunidades o la huella que puede despertar la insolidaridad con lo que nos rodea, el no formar parte de nuestro entorno.

La interpretación del protagonista principal de la película es magistral con una voz enfermiza que saca ese hilo de vida de la nada, que lucha y se supera, sabe conmover al espectador, al igual que muchos juegos de planos donde Kurosawa demuestra una gran maestría técnica.

La película tiene tres partes diferenciadas, y las dos primeras son realmente arrebatadoras, sin embargo, la tercera, confieso que me aburrió, se me hace tremendamente larga y el bagaje final de dos horas y 23 minutos de película se hace cuesta arriba, sobre todo porque el verdadero final de la película ya ha sobrevenido en la segunda parte y no queda mucho más que contar, sin embargo, Kurosawa prefiere ahondar en los recuerdos y en la cambiada personalidad del personajes para hacerle una especie de monumento a lo que fue su vida y eso, quizás está de más, por lo que la película termina perdiendo gran parte de su atractivo.

De momentos emocionantes, diálogos agudos y una composición técnica capaz de hablar a veces sin palabras (los planos del protagonista encorvado en silencio con la mirada perdida en un lento zoom hacia su cara puede decirlo todo) peca de un excesivo metraje además innecesario, además de un montaje poco cuidado entremezclando los recuerdos con la escena final de manera abrupta, poco cuidadosa para el espectador.

Entretanto, mientras pone en la balanza la vida y la muerte y las disecciona con su afilado bisturí, Kurosawa también encuentra tiempo para la crítica política y especialmente para el sistema burocrático japonés del que resalta su inutilidad, un punto más para verla y para comprender que el vuelva usted mañana no sólo es japonés, también existió en el lejano Japón.

http://palomitasconchoco.wordpress.com
Palomitasconchoco
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