Interminable, lenta y convencional, uno de los peores ejemplos del cine de catástrofes de los últimos tiempos cuyo destino final de la tierra se interpreta ahora por la inverosímil caída de meteoritos. Nula desde el punto de vista científico, un estudiante de ESO al menos podría determinar que el impacto de un roca produciría un socavón en el suelo y no se limitaría a matar gente, la película narra varias historias bastante inconexas y absolutamente inverosímiles de una serie de personajes que tratan de sobrevivir a la gran catástrofe y al mismo tiempo salvar el mundo (oh sorpresa lo consiguen). Llena de moralina barata para mayor honra del gobierno estadounidense, la película hace un mínimo adentramiento en el estudio sociológico del comportamiento humano ante situaciones límites, mostrando lo mejor y lo peor. Los diálogos son vanos, las situaciones irreales, los personajes están mal confeccionados y para colmo ni siquiera los efectos especiales están bien conseguidos. Si ha eso le sumamos la interminable longitud del metraje (esta realizada como una miniserie de dos capítulos y su duración es de cuatro horas) nos encontramos con que además se hace larga, intragable. Los actores malos de solemnidad dentro del disparate narrativo. Ni siquiera logra entretener. Una de esas películas necesarias para tener perspectiva y saber valorar el buen cine.

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