Media votos
6,8
Votos
934
Críticas
348
Listas
3
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de polvidal:
7
5,9
14.426
Drama. Bélico
Narra tres historias vinculadas entre sí: en Washington, un congresista (Tom Cruise) concede una exclusiva a una periodista (Meryl Streep). Al mismo tiempo, un idealista profesor (Robert Redford) de una universidad de California trata de motivar a un alumno aventajado de su clase. Por otro lado, dos soldados americanos destinados en Afganistán, antiguos alumnos del profesor, resultan heridos en acción y quedan aislados mientras esperan ser rescatados. (FILMAFFINITY) [+]
19 de noviembre de 2007
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La guerra de Afganistán y la de Irak, conflictos que inundarán nuestras pantallas en los próximos meses, son el punto de partida para denunciar los vicios de tres de los poderes más importantes de una sociedad occidental: la política, los medios de comunicación y la ciudadanía. Los tres forman parte de un sistema corrompido que hace posible barbaridades como las de estos dos puntos calientes del planeta.
Es evidente que quien ostenta el máximo poder, los gobernantes de un país, ostenta también la máxima responsabilidad en la toma de decisiones. El personaje de Tom Cruise, el senador republicano Irving, es la viva representación del político que cree en su haber el poder de la verdad. Pero la prepotencia es bien conocida en la derecha y Redford no nos vendería nada nuevo sino fuera porque en el diálogo que mantiene el político con la periodista Janine Roth (Meryl Streep) se dicen verdades como templos.
Duro golpe el que asesta el director a los medios de comunicación. Los acusa, mediante Cruise, de actuar como veletas a partir de una reflexión que es la más novedosa e interesante de las que seguramente puedan plantear todas estas películas sobre la política de Estados Unidos que quedan por venir. Redford sitúa la diana no sólo en el máximo poder, sino también en su principal altavoz. Porque tanta culpa tienen los que manipulan desde arriba como los que se dejan manipular desde una posición tan comprometida como es la de informar a la sociedad.
Leones por corderos eleva el interés gracias a los profundos diálogos de sus protagonistas y paradójicamente pierde fuelle en las escenas de acción, escenas de guerra que pretenden dar ritmo a la película y que sin embargo no hacen más que interrumpirla. Sobra decir que el soberbio tándem Redford-Streep, con ejemplares interpretaciones, se mantiene más vivo que nunca aunque Cruise va pisando firme los talones. Una película comprometida pero no dogmática.
Es evidente que quien ostenta el máximo poder, los gobernantes de un país, ostenta también la máxima responsabilidad en la toma de decisiones. El personaje de Tom Cruise, el senador republicano Irving, es la viva representación del político que cree en su haber el poder de la verdad. Pero la prepotencia es bien conocida en la derecha y Redford no nos vendería nada nuevo sino fuera porque en el diálogo que mantiene el político con la periodista Janine Roth (Meryl Streep) se dicen verdades como templos.
Duro golpe el que asesta el director a los medios de comunicación. Los acusa, mediante Cruise, de actuar como veletas a partir de una reflexión que es la más novedosa e interesante de las que seguramente puedan plantear todas estas películas sobre la política de Estados Unidos que quedan por venir. Redford sitúa la diana no sólo en el máximo poder, sino también en su principal altavoz. Porque tanta culpa tienen los que manipulan desde arriba como los que se dejan manipular desde una posición tan comprometida como es la de informar a la sociedad.
Leones por corderos eleva el interés gracias a los profundos diálogos de sus protagonistas y paradójicamente pierde fuelle en las escenas de acción, escenas de guerra que pretenden dar ritmo a la película y que sin embargo no hacen más que interrumpirla. Sobra decir que el soberbio tándem Redford-Streep, con ejemplares interpretaciones, se mantiene más vivo que nunca aunque Cruise va pisando firme los talones. Una película comprometida pero no dogmática.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Tras años de profesión, el personaje de Meryl Streep descubre su parte de responsabilidad. Al inicio de la entrevista con el senador su actitud hacia el gobernante es arrogante y sumamente crítica. Corren malos tiempos para los beligerantes. Sin embargo su posición cambia radicalmente de rumbo hacia el arrepentimiento cuando el político le abre los ojos y le muestra la cruda realidad: los medios fueron partícipes de esta guerra al mostrar más imágenes de banderas con estrellas y de soldados sonrientes que de cuerpos y ataúdes.
Una película comprometida pero no dogmática: finalmente el espectador se queda sin saber la decisión que toman sus personajes.
Una película comprometida pero no dogmática: finalmente el espectador se queda sin saber la decisión que toman sus personajes.