Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de polvidal:
7
Drama Bad Blake (Jeff Bridges) es un cantante de música country que vive al margen de la sociedad, con varios fracasos matrimoniales a sus espaldas, miles de millas recorridas y que con frecuencia se refugia en el alcohol. Cuando parece que apenas hay salvación para él, aparece Jean (Maggie Gyllenhall), una reportera que descubrirá quién es el verdadero Bad, al hombre detrás del músico. (FILMAFFINITY)
5 de marzo de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las horas bajas de una estrella del pasado no es un argumento desconocido en el cine y menos cuando todavía está reciente en la memoria la historia de El luchador, que hizo resurgir de las cenizas, apenas hace un año, a Mickey Rourke. En aquella ocasión, los paralelismos entre su personaje, un jugador de Wrestling en plena decadencia, y su propia experiencia como actor fueron claros. Aquella resurrección cinematográfica bien le mereció un Oscar. Esta vez no estamos frente a un intérprete tocando fondo pero sí ante una carrera, la de Jeff Bridges, que ha pasado injustamente desapercibida a lo largo de los años. Nueva oportunidad de la Academia de Hollywood para redimir sus pecados y nueva estatuilla casi cantada.

Las semejanzas entre El luchador y Crazy heart no terminan aquí. Ambas se centran en protagonistas de glorioso pasado enganchados al alcohol, que se mueven por ambientes sórdidos y que terminan encontrando el apoyo inesperado de bellas y luchadoras mujeres. Las dos nos acercan al corazón de dos hombres torturados por el paso del tiempo, enfrentados a las consecuencias de la mala vida y con atisbos de arrepentimiento. Demasiadas coincidencias como para no pensar, como mínimo, en un plagio creativo.

Sin embargo, esta evidente inspiración no resulta tan condenable una vez comparados los dos filmes. Las interpretaciones de Rourke y de Bridges están a la misma excelente altura, satisfaciendo al espectador de igual forma pero con sus respectivos matices. Mientras en la cinta de Aronofsky nos adentramos en el submundo de la lucha libre, en esta ocasión nos metemos de lleno en el universo desconocido de la música country. Un pretexto que nos sirve de nuevo para conocer más de cerca la América más profunda y real, la que apenas tiene cabida en las cintas que nos llegan de Hollywood.

La historia ha sido mil veces contada y no hace falta ser un lumbreras para vaticinar más o menos por donde deambulará la trama. A pesar de ello, los personajes y sus debilidades logran conmovernos de nuevo. Porque aunque existe un cierto regusto repetitivo, las interpretaciones de Maggie Gyllenhaal y de Jeff Bridges, dotadas de auténtico costumbrismo, siempre se reciben como aire fresco.
polvidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow