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España España · Barcelona
Voto de polvidal:
6
Drama. Aventuras En una isla del Mississippi, dos chicos descubren a un fugitivo llamado Mud. Ha matado a un hombre para proteger al amor de su vida, Juniper, y ahora se oculta de los cazadores de recompensas. Los chicos acceden a ayudarle a reunirse con Juniper y preparar su huida juntos, sin saber que la aparición de Mud significará el fin de sus infancias. (FILMAFFINITY)
9 de septiembre de 2013
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mud puede considerarse de dos maneras: como un paso adelante en la carrera de Matthew McConaughey hacia los Oscar, que culminará con su más que probable nominación por Dallas Buyers Club, y como un paso hacia atrás del director Jeff Nichols después de dejarnos anonadados con Take Shelter. Porque tras un filme tan poderoso e inquietante como el que protagonizó Michael Shannon en 2011 no se concibe un retroceso tan acuciado.

Interpretada por muchos como una revisión de Oliver Twist, como un retrato del despertar de la niñez a la adolescencia, Mud no es más que la historia de dos niños que a orillas del Mississippi conocen a un hombre malo, a un fugitivo que les permite huir de sus soporíferas rutinas. Un argumento que se queda a medio camino entre el género de aventuras y el thriller, desperdiciando las virtudes de ambos para concentrarse en una relación de personajes que permanece varada durante más tiempo del necesario.

Lo que podría haberse convertido en la típica y entrañable amistad entre el hombre rudo y el niño inocente no termina de cuajar, bien porque el personaje de McConaughey provoca la misma empatía que una serpiente de río, agazapado durante buena parte del metraje como un cobarde, bien porque la química entre el fugitivo y el mayor de los adolescentes no despega hasta el final de la cinta, cuando ya hemos pasado demasiado tiempo navegando de orilla a orilla.

La película se desarrolla en el mismo entorno decadente de Bestias del sur salvaje pero sin el surrealismo y los aires de trascendencia de la ovacionada cinta de Benh Zeitlin. Nichols aprovecha mejor su oportunidad de reflejar otro rincón de la América profunda, esa que representa a buena parte del próspero país pero que a menudo es ninguneada por el cine más comercial. Lástima que el fiel retrato no lo acompañe el director con alguna reflexión social como las que manifestó en su anterior obra maestra.

Si en Take shelter el clímax se alcanza sin sobresaltos, como parte de una atmósfera que la cinta va originando desde el inicio, en Mud las grandes escenas se reservan para el final, cuando el peligro deja de ser una amenaza y se convierte en algo real. Entre picaduras y tiros a orillas del río, la película por fin alza el vuelo. Demasiado tarde quizá para compensar la hora y media anterior.
polvidal
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