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Voto de Strhoeimniano:
10
Thriller. Drama. Romance México, 1949. Coral Fabre, una enfermera de pacientes terminales que lucha por sacar adelante a sus dos hijos, sueña con la imagen de Charles Boyer. En el consultorio del corazón de una de las revistas que acostumbra a leer, encuentra un anuncio de un tal Nicolás Estrella que presume de su parecido con el popular actor francés y que se presenta como un "Caballero español en busca de relación sentimental". Coral decide escribirle... ... [+]
17 de febrero de 2006
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
De todos los encuentros que A. Ripstein ha tenido con la guionista Paz Alicia Garciadiego (desde “La mujer del puerto” en el año 91 forman el mejor tándem –son matrimonio- del cine mejicano y ya van por once películas), “Profundo Carmesí” emerge como una de las mejores muestras de esta afortunada unión.
Basada en un hecho real acontecido en EE.UU. y ya llevado al cine (“The Honeymoon Killers”, un clásico de los “serial killers” de serie B y obra única de Leonard Kastle), la película narra la historia de Coral (Regina Orozco), una enfermera regordeta insatisfecha de la vida, con dos pequeños a su cargo, enamorada platónicamente de Charles Boyer y que contacta, a través de las páginas de “corazones solitarios”, con un galán español que presume de ese parecido, Nicolás (Daniel. G. Cacho), y que se dedica a seducir a mujeres solitarias para robarlas y matarlas.
La “mejicanización” de esta historia hace que estemos ante un folletín exacerbado, que comienza como una comedia ligera hasta sumergirse en lo más profundo de un melodrama desaforado, trágico, cruel y violento.
La mirada de Ripstein sobre esta pareja, seguida a lo largo de la película por planos secuencia que no cortan la acción de éste con una puesta en escena muy cuidada, es totalmente desmitificadora. Es desde ésta, desde donde lo grotesco, lo absurdo y lo hiperbólico hacen aparición, sin salvarse ni la infancia (asfixian a un bebé en la bañera, matan a una madre delante de su hija) de esta vocación melodramática.
La historia es un “amour fou”, tan del gusto de su idolatrado Luis Buñuel, de dos almas apasionadas y perdidas; primero, una historia de desengaño, pues ese galán, de riguroso bisoñé, rechazará cualquier relación con Coral por no tener los “requisitos” que él busca; pero después, será una historia de dependencia, de malsana dependencia, donde los crímenes no son el detonante del horror, sino de los celos y desequilibrios que tendrá Coral por el obligado trámite que su galán (ella es presentada como su “hermana”) contrae con cada nueva conquista.
De todo el reparto, que está magistral (sale Marisa Paredes en otro de sus grandes recitales), yo destaco a Regina Orozco. La apuesta de Ripstein al escogerla fue arriesgada, pero acertada. Regina proviene del mundo de la ópera (fue finalista del concurso de canto del Metropolitan Opera House), y seguro que Coral sería otra sino llega a estar en la piel de una diva como ella que consigue dar el punto exacto de locura pasional que tiene el personaje.
“Profundo Carmesí” es la mejor trasgresión del cine mexicano de las últimas décadas. Una joya hecha con pasión.
Strhoeimniano
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