Es una película sencilla pero muy bien planteada para que esa sencillez te gane. Unas imágenes de postal, de lienzo, una actriz cuyos gestos hablan mas que las palabras, una historia simple y hasta anacrónica (las formas de los personajes parecen de varios siglos mas atrás), pero que dentro de ti poco a poco va in crescendo.
Puede ocurrir además que te sientas identificado con algo que se diga, y entonces te pinzará un poco más el corazón.
Es de las mejores, si no la mejor, de la etapa china y no plegada al poder de su director, Yimou, que antes y después ha hecho películas tanto o mas buenas, pero ya se ha ido perdiendo y dedicando a ensalzar al nacionalismo de su país.
Si nunca has visto una película china, empieza por esta, y verás que cualquier comedia romántica de Hollywood se retrata sola comparada con esta simple y delicada forma de retratar el amor sin ponerse una mano encima.