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Voto de Killer_Wolf:
1.563
Drama. Thriller
John Grant, un excelente profesor que llega a una ciudad de mineros situada en un inhóspito desierto, decide pasar allí la noche antes de coger un avión para Sydney. Pero pasan cinco noches y parece que Grant se está acercando poco a poco a la autodestrucción. Cuando los efectos del alcohol empiezan a distorsionar su percepción de las cosas, surgirá un aspecto de su personalidad muy poco agradable, que se traduce en un gran desprecio por sí mismo. (FILMAFFINITY) [+]
23 de noviembre de 2012
4 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Memorable, absolutamente memorable.
Gracias a nuestro amigo Billy he podido disfrutar del, probablemente, downward spiral más atronador que ha filmado un ser humano, llegando a alcanzar cotas ciertamente escalofriantes, la verdad.
Ahora mismo no recuerdo un clima revienta retinas tan asfixiante, envenenado, alcohólico y magnético como el que aquí se da cita, curiosamente y a kilómetros de distancia, el aroma perturbador me ha recordado a Road to Salina, otra película del año 70 que contaba con una Mimsy Farmer en absoluto estado de gracia, claro que aquella reivindicación mostraba menos ritmo y más irregularidad pero que tenía algo que lograba atenazar sin alcanzar el abrumador nivel que Ted Corcho imprime en Outenetxe, evidentemente.
Cuando uno terminar de recibir el ciclón, al menos en mi caso, no piensa en una película de culto, mas bien, un referente, con todas las letras. El desfile de inquietantes y letales personajes añadidos a secuencias portentosas solapadas a múltiples detalles convierten esta destilería en un arma de destrucción masiva.
Por poner algun pero a este baile cervecero es ese final, que no me ha terminado de convencer del todo, pero ya sabemos que el agua es para lavarse y que Paul Gascoigne duerme con nosotros.
Se despide desde una centralita.
El hombre con el tirapedos más longevo de la historia, el hombre que practicaba el alunizaje treinta veces al mes a las 7:00 a.m. en punto con una mochila repleta de libros de barco de vapor, el hombre que acudió a un estadio de fútbol con un plato de olivas y un kilométrico bocadillo de vello púbico de Aramis Fuster.
Siempre vuestro.
Bjarne Riis.
Gracias a nuestro amigo Billy he podido disfrutar del, probablemente, downward spiral más atronador que ha filmado un ser humano, llegando a alcanzar cotas ciertamente escalofriantes, la verdad.
Ahora mismo no recuerdo un clima revienta retinas tan asfixiante, envenenado, alcohólico y magnético como el que aquí se da cita, curiosamente y a kilómetros de distancia, el aroma perturbador me ha recordado a Road to Salina, otra película del año 70 que contaba con una Mimsy Farmer en absoluto estado de gracia, claro que aquella reivindicación mostraba menos ritmo y más irregularidad pero que tenía algo que lograba atenazar sin alcanzar el abrumador nivel que Ted Corcho imprime en Outenetxe, evidentemente.
Cuando uno terminar de recibir el ciclón, al menos en mi caso, no piensa en una película de culto, mas bien, un referente, con todas las letras. El desfile de inquietantes y letales personajes añadidos a secuencias portentosas solapadas a múltiples detalles convierten esta destilería en un arma de destrucción masiva.
Por poner algun pero a este baile cervecero es ese final, que no me ha terminado de convencer del todo, pero ya sabemos que el agua es para lavarse y que Paul Gascoigne duerme con nosotros.
Se despide desde una centralita.
El hombre con el tirapedos más longevo de la historia, el hombre que practicaba el alunizaje treinta veces al mes a las 7:00 a.m. en punto con una mochila repleta de libros de barco de vapor, el hombre que acudió a un estadio de fútbol con un plato de olivas y un kilométrico bocadillo de vello púbico de Aramis Fuster.
Siempre vuestro.
Bjarne Riis.
