La cosa estaba realmente difícil. Y pese a que no rompió ningún esquema como su predecesora (en especial) sí logró, esta tercera entrega merece ser despedida con honores. No creo que se hubiese podido hacer mucho mejor porque se ha contado lo poquísimo que quedaba por contar. El principal problema de esta entrega final es que empieza a la sombra de su segunda parte. No construye una historia independiente u original como las anteriores. Ésta no sólo supone la conclusión de la línea argumental abierta en la primera, sino que también es una extensión de su argumento repleto de escenas apocalípticas y efectivas aunque su tensión en general no llegue a la de la anterior. Se viola bastante la credebilidad de algunos momentos y eso también puede dar lugar a quejas. Aquí sí notas su duración en determinados pasajes y ni Bane ni otros malos secundarios son tan potentes como lo fue el Joker o sus tramas entrelazadas. Pero sí que tenemos a un grandioso Bruce Wayne (genial despedida de Christian Bale) y a un inmejorable y satisfactorio final (por favor, basta de teorías "origineraias").