Si Shakespeare levantara la cabeza y viera las barbaridades que se han hecho con sus obras, volvería a morirse del disgusto, y muy especialmente si viera esta insoportable película. Los supuestos cadetes de una academia militar no tienen nada de militares y por no saber, no saben ni alinearse en una formación. Y no digamos como dan las órdenes los que se suponen que serían los mandos superiores. Pero es que el espacio no parece para nada una academia militar, y si un instituto o colegio. Avanzada la película me da la sensación que algún profe de estos progres ha tenido la idea de montar “Romeo y Julieta” solo con chicos. Estos deambulan por las aulas, los laboratorios, el gimnasio, y a veces salen al campo de deportes recitando el drama de Shakespeare, porque de ninguna manera diré que interpretando. Las imágenes son como un experimento y la mayor parte de las veces están para rellenar el tiempo en el que se va diciendo el texto. Y como en casi todas las películas, desde que se inventó el sonoro, hay música, pues el director les hace cantar a estos individuos cancioncillas que son una vergüenza. Yo la he visto así, y si alguien ha visto un experimento cinematográfico de interés, pues me alegro, porque me he aburrido más que viendo una interpretación de “Romeo y Julieta” en un colegio de primaria.