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Voto de Buscapé:
5
2014
6,4
48
Documental
Recital en tres dimensiones de Guns N` Roses. Fue filmado en el Hard Rock Casino en Las Vegas el 21 de noviembre de 2012, durante la gira Appetite For Democracy. (FILMAFFINITY)
1 de julio de 2015
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seamos honestos, los "Guns N' Roses" originales, (Slash, Duff, Adler, Izzy y Axl) jamás volverán a sembrar el caos y el terror por medio mundo, como hicieran con sus insignes giras allá por 1988 y la gira "Getting The Ring Motherfucker" (1991-1993)
Guns N' Roses sucumbieron a su propio destino: la implosión interna debido a las drogas, los egos y la partida de uno de sus fundadores fundamentales: Izzy Stradlin. Lo que vino después fueron quince putos años de silencio discográfico, con uno de los hypes más grandes y más caros de la historia de la música: Chinese Democracy. Costó 13 millones de dólares y no cumplió las sobredimensionadas expectativas de un nombre que se le venía grande a su único integrante original: William Axl Rose.
Pues bien, teniendo en cuenta que de éste viaje tan largo, ya sólo queda Axl Rose como único estandarte de la legendaria banda, en 2014 se digna a publicar un directo con la actual formación, que sin desmerecer en absoluto, en lineas generales todo suena a plástico. Los tres guitarristas que lleva ahora son de otra escuela, demasiado técnicos y fríos para transmitir un rock callejero, macarra, farlopero, sudoroso y empapado en Jack Daniel's. Lejos queda ya la primera reencarnación de los Guns, allá por el 2001, cuando Axl supo elegir a dos de los mejores guitarristas de la escena, Robin Finck y Buckethead. Dos freaks que aportaban al grupo un aura y un sonido moderno y la vez sucio. Pero el eterno retraso del "Chinese Democracy" y los caprichos de Axl, acabaron con estos dos miembros en la calle, hastiados de servir a un tipo que se tira cinco años sin hacer nada y de la noche a la mañana puede llamarte para dar una gira por medio mundo porque simplemente le sale de las pelotas.
Hoy por hoy, ir a ver a los "Guns N' Roses" versión 3.0 es un espectáculo asegurado: las canciones siguen ahí, Axl, (a pesar de no ser ni la sombra de lo que una vez llegó a ser) hace bien su papel y los músicos demuestran profesionalidad. Pero todo es tan frío y tan mecánico, que uno no puede parar la tentación de ponerse el show del Ritz 88, París 92 o el mismo Tokyo Dome del 92. El problema del Set-list ya es atávico: desde 2001 lleva prácticamente tocando las mismas canciones sin ninguna variación, lo que hace el show predecible y aburrido.
Guns N' Roses sucumbieron a su propio destino: la implosión interna debido a las drogas, los egos y la partida de uno de sus fundadores fundamentales: Izzy Stradlin. Lo que vino después fueron quince putos años de silencio discográfico, con uno de los hypes más grandes y más caros de la historia de la música: Chinese Democracy. Costó 13 millones de dólares y no cumplió las sobredimensionadas expectativas de un nombre que se le venía grande a su único integrante original: William Axl Rose.
Pues bien, teniendo en cuenta que de éste viaje tan largo, ya sólo queda Axl Rose como único estandarte de la legendaria banda, en 2014 se digna a publicar un directo con la actual formación, que sin desmerecer en absoluto, en lineas generales todo suena a plástico. Los tres guitarristas que lleva ahora son de otra escuela, demasiado técnicos y fríos para transmitir un rock callejero, macarra, farlopero, sudoroso y empapado en Jack Daniel's. Lejos queda ya la primera reencarnación de los Guns, allá por el 2001, cuando Axl supo elegir a dos de los mejores guitarristas de la escena, Robin Finck y Buckethead. Dos freaks que aportaban al grupo un aura y un sonido moderno y la vez sucio. Pero el eterno retraso del "Chinese Democracy" y los caprichos de Axl, acabaron con estos dos miembros en la calle, hastiados de servir a un tipo que se tira cinco años sin hacer nada y de la noche a la mañana puede llamarte para dar una gira por medio mundo porque simplemente le sale de las pelotas.
Hoy por hoy, ir a ver a los "Guns N' Roses" versión 3.0 es un espectáculo asegurado: las canciones siguen ahí, Axl, (a pesar de no ser ni la sombra de lo que una vez llegó a ser) hace bien su papel y los músicos demuestran profesionalidad. Pero todo es tan frío y tan mecánico, que uno no puede parar la tentación de ponerse el show del Ritz 88, París 92 o el mismo Tokyo Dome del 92. El problema del Set-list ya es atávico: desde 2001 lleva prácticamente tocando las mismas canciones sin ninguna variación, lo que hace el show predecible y aburrido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Tuve la oportunidad de verlos en el año 2006 en Madrid, recinto "Juan Carlos I". El espectáculo fue bochornoso: llegaron con tres horas de retraso, los teloneros, (The Living Things) sonaban planos y sin vida, y la peña estaba caldeada y harta de esperar a la "diva" y cuando lo hizo, los brincos y saltos en "Welcome To The Jungle" duraron poco porque todo el mundo estaba reventado de tanta espera. Aquel show fue flojo, sonó mal y se notaba que estaban ensayando de cara al Rock In Río Lisboa.
En el 2010 volví a verlos con Sebastian Bach de teloneros, tocaron en el Palacio Vista Alegre, y el show fue considerablemente mejor que lo mostrado en 2006. Pero la sensación que tuve es de que no volvería a ir a verlos. Una verdadera pena, para una de las bandas más importantes de mi vida.
En el 2010 volví a verlos con Sebastian Bach de teloneros, tocaron en el Palacio Vista Alegre, y el show fue considerablemente mejor que lo mostrado en 2006. Pero la sensación que tuve es de que no volvería a ir a verlos. Una verdadera pena, para una de las bandas más importantes de mi vida.