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Burkina Faso Burkina Faso · Lolailo
Voto de Buscapé:
3
Terror. Thriller El Cairo, 1949. Lankester Merrin ha abandonado el sacerdocio y malvive como puede gracias a su reputación como arqueólogo. Un coleccionista privado lo contrata para que robe una imagen sagrada de un templo cristiano recién descubierto en África Oriental. Cuando Merrin acude al lugar, descubre que los hechos inexplicables que rodean el hallazgo podrían tener un origen sobrenatural. (FILMAFFINITY)
23 de julio de 2018
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Paul Schrader se encarga ésta vez de cargarse el muerto a los hombros y de intentar lidiar con un guión bastardo y una industria implacable.

En primer lugar, Paul Schrader sólo tiene en su haber dos filmes de cierto renombre, (El Beso de la Pantera y American Gigoló) el resto se ve de lejos que es un tipo curtido en el cine de encargo.

Y ésta película no deja de ser eso: la patata caliente que nadie quiere coger porque hagas lo que hagas va a ser siempre destrozada con la película original. Si a eso añadimos la falta de insipiración en la historia y la ausencia o nula labor de dirección, maquillaje y efectos... El cóctel molotov te estaña entre las manos.

En primer lugar: la historia intenta acercarnos a los orígenes del padre Lankester Merrin en el El Cairo, 1949.. allí se suceden muertes y eventos inexplicables pero predecibles a tutiplén. Merrin se debate entre la Fe y el ateísmo y se intenta introducir una especie de Cluedo: ¿Quién es el asesino?

En términos generales, la película no es un desastre absoluto pero el hecho de recurrir una y otra vez a los mismo codas y golpes de efecto, matan cualquier posibilidad o interés en la cinta. Porque el verdadero mal que residen en ella no es tanto Satanás o Belcebú, el primigénio y más lamentable problema es la diabólica obsesión de los productores por vendernos la misma mierda una y otra vez: da igual lo que intenté contarte el guionista, al final la película tiene una obsesión total por ir hacia el final, y cuando éste llega, no sabes si reir, llorar o simplemente levantarte de la silla y darle una patada al televisor.

El clímax final está chafado por el lamentable trabajo en el maquillaje. Sí, que te dejen en una mina casi sin luz y con el demonio rondándote por ahí puede dar cierto canguelo pero en el fondo y siendo honestos: Izabella Scorupco con o sin maquillaje cutre es lo suficientemente explosiva para pasar un mal trago ya sea en una mina a oscuras perdida de la mano de dios o en tu cutre sofá cama de los domingos.
Buscapé
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