"Hay una razón por la que el realismo mágico nació en Colombia, es un país donde los sueños y la realidad se confunden, donde en su mente la gente vuela tan alto como Ícaro... Pero incluso el Realismo Mágico tiene sus límites..."

Narcos vuela, y vuela bien recto, (que diría el genial Frank Lopez en Scarface) para explicarnos quién fue realmente Pablo Escobar, un hombre cincelado en el Imperio del Mal, el imperio de la droga que llevó a sacarle el 3% de PIB a los norteamericanos en narcoticos. En un país, Colombia, desangrado por la guerra civil de las FARC y unas desiguladades sociales brutales. Sólo en ese mondongo podía un hombre como Pablo Escobar, hacer acto de presencia: carismático, populista, auto-indulgente, sagaz y vengativo hasta extremos brutales. Era un hombre a imagen y semejanza de una época, (los 80') de puro exceso.

Y eso es algo que Narcos sabe narrar, y lo hace fidedignamente (muy a pesar de las críticas hacia su veracidad). Porque si hay algo que logra sobradamente es en explicar una época y una situación tan caóticas como la propia mente de Pablo Escobar Gaviria y la intrahistoria de un país tan fascinante y rico, como brutal y desquiciante a manos llenas.

Su realismo mágico es fascinarnos y horrorizarnos al ver todo lo que llegó a ser y hacer semejante monstruo, siendo la interpretación de Wagner Moura, lo mejor de toda la serie. Muy por encima de la fallida "Escobar" interpretada por Beniccio del Toro.