Los americanos viven toda su vida en las High Schools, después de eso, todo lo demás es una mera pantomima. Y si no, prestemos atención al argumento de la película: unas animadoras que se roban la coreografía y compiten a ver quién es la más zorra.

En el instituto recuerdo que estar embotado en el estereotipo de los "joks", (guaperas deportistas) era tan gratificante, (tías fáciles) como devastador: las tías eran como las hamburgesas del Macdonalds, por más que te comieras muchas, el regusto y reflujo eran tan chuscos que al final simplemente les metías el morro para que se callaran. Las chicas frikis también eran muy decepcionantes, porque cuando les levantabas las faldas, (de la cabeza), descubrías que también deseaban ser "animadoras", sólo que por ser feas, no podían aspirar a eso y fingían ser interesantes.

Kirsten Dunst no cumple ningún estereotipo: ni es guapa, (esa boca necesita un dentista ya) ni tiene talento. Saltó a la fama gracias a Neil Jordan y con el tiempo, (y muchos barbitúricos de por medio) ha ido haciéndose un hueco en el cine "indie". Pero es una actriz limitada por su condición de "next door girl" que intenta hacerse un hueco en un mercado que se le quedaba grande, (y que en realidad no es más que una bazofia) por eso choca verla en ésta película y luego intentar redimirse con Lars von Trier.

En resumen: si alguna vez te dicen de ir a ver "A por todas", haz como el Capitán Araña: embarca a toda la tripulación, hunde el barco y sal huyendo.