No voy a criticar la generación actual cual abuelo cebolleta, mis treinta primaveras me hacen contemplar ésta película como producto de una época donde se hacía más énfasis en la imaginación y el salir de aventuras como si fueras un goonie. No digo que lo de ahora sea ni peor ni mejor, simplemente distinto. De hecho, la propia película critica la juventud de la época enganchada a la mítica NES, (ahora me están entrando ganas de chutarme el Castlevania 1 joer)

Rob Reiner es una autor comercial pero de reputado prestigio, que en cada una de sus obras, deja su singular sello. Desde "Cuenta Conmigo" hasta la aparente comedia bobalicona "Cuando Harry encontró a Sally", puedes estar seguro de que sus pelis te van a entretener.

La Princesa Prometida es una sátira de los cuentos de príncipes y princesas, donde lo que importa es la carisma de los personajes y la socarronería de las escenas. Es hoy por hoy un autentico clásico que capta perfectamente la mala leche del libro y además una defensa brutal de la importancia de leer. Porque hoy nadie lee un puto libro, ni nos molestamos en soñar despiertos. No quiero ser nostálgico, pero es la realidad, todo se resume en jugar al Call Of Duty y poco más. Por no mencionar la falta total de comunicación entre padres e hijos.

Los viernes por la tarde eran los mejores días: a las cinco salías del colegio, cogías el bocata de nocilla y te largabas por ahí a hacer el cabra con tus amigos. Y cuando volvías a casa, tus padres habían alquilado los Goonies o La Princesa Prometida y, a parte de gozar de un peliculón, también disfrutabas del impresionante score compuesto por Mark Knopfler.

¡Joder que mayor y a la vez que niño me siento!