A estas alturas, cuando se han desempolvado todos los arquetipos del género Zombi, parece difícil encontrar alguna película que consiga mantenerse fresca.

Pero Dan O'Bannon consiguió actualizar muchos de los tópicos del género que antes no existían: El Regreso de los Muertos Vivientes nos presentan a unos villanos que, lejos de ser meros autómatas, lentos y torpes... Éstos son rápidos, feroces y con inteligencia.

Tópicos como: comer cerebros no existían antes de ésta película o que pudieran hablar y organizarse proceden de la brillante mente de O'Bannon.

Pero lo que ha hecho ha esta película un clásico de culto es su atmósfera y su toque: a ratos es una película de humor ácido y a ratos es una verdadera película de terror. Esa dicotomía hace del filme una auténtica gozada pues si bien es cierto que existe cierta "burla" al cine fundado por George A. Romero, no es menos importante señalar que la película se erige como un faro en un desierto demasiado trillado.

A mencionar también los excelentes maquillajes y las caracterizaciones de los personajes, en especial Trash, (Linnea Quigley) y Freddy, (Thom Mathews). La primera como zombie sexi y el segundo como el feroz zombie dispuesto a todo por deborar a su novia.

La banda sonora es obra de Matt Clifford: no se limita solo a salpicar la pantalla con temas ochenteros de corte zombi, si no que es el que lograr combinar ese toque fiestero y cómico con el otro más oscuro y terrorífico.

En definitiva, "El Regreso de los Muertos Vivientes" es hoy por hoy un clásico ochentero, indispensable para los amantes del género y una vuelta de tuerca brillante y divertida al mundo de los zombies.