A diferencia del común denominador que aquí se limita a degollar ésta secuela y a su director, yo voy a hacer una encendida defensa de una película, que a pesar de distar en el fondo, (que no en la forma) de la película de Jonathan Demme, consigue mantener al espectador pegado a la silla.

En primer lugar, parece que Scott es incapaz de huir de guiones mediocres, (Prometheus, Legend, Teniente O' Neal, Robin Hood...) director cuya mano brilla muy por encima del resto de sus congéneres al elaborar auténticas maravillas visuales. Si yo fuera él, me limitaría a dar clases de Historia del Arte, donde él y nadie más que él, es el auténtico genio: su refinado gusto por la fotografía, las finísimas estampas que regala al espectador ya sea en la angustia y oxidada de la Nostromo, el barroquismo plateresco de Legend o Hannibal... Todas tienen un denominador común: una dirección artística brillante. Sin olvidar el buen oído que tiene al seleccionar a los compositores , (Vangelis, Hans Zimmer) de sus BSO, (aunque aquí Hans Zimmer no acierta con el tono de la película)

Volviendo a Hannibal, la película falla principalmente en la mediocre obra original, (libro aburrido y disparatado) y por supuesto, el guión que parece recrearse una y otra vez en los estereotipos del caníbal... Haciendo de lo sutil y "elegante" de la primera parte, en un leit motiv cómico. En cierto sentido, el guión peca de ensalzar sobremanera al anti-héroe sin pretenderlo, aunque tampoco acaba siendo prostituido como otros villanos, (ejemplo: Freddy Kruguer)

La ausencia de Jodie Foster es quizá el tiro de gracia de la película, que parece asumir que no es más que un blockbuster más. Sin embargo, la película aun pecando de un cariz comercial deliberado y codicioso, nos regala 131 min. de entretenimiento mayor. Claro que carece de la profundidad y tono de la primera, pero Julian Moore tampoco lo hace mal, (V.O.) y Anthony Hopkins sigue en sus trece: menos aterrador, pero más carismático y socarrón.

El resto, como ya he dicho: si en la primera el tono de Jonathan Demme era crudo, frío y oxidado. Aquí es todo lo contrario: Ridley Scott enriquece el estilo de la película con la variedad de escenarios, realzando aun más la belleza impertérrita de Florencia.

En resumen: algo estereotipada y alejada del frío pulso de la primera, con menos suspense, drama y texturas que la de Demme. Pero así como Alien se centraba en el suspense, y James Cameron la mutó en cine bélico. Aquí se consigue algo parecido a lo que pasó con Aliens el Regreso: hay toques de suspense, pero mucha más acción. Echando en falta los diálogos inteligentes de la primera parte que se tratan de suplir torpemente con las diégesis tramposas del Dr. Chiltton (las grabaciones que hizo a escondidas de los encuentros entre Clarice y Lecter en la primera parte): rallan un poco con el simil de las "palomas volteadoras"