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Burkina Faso Burkina Faso · Lolailo
Voto de Buscapé:
6
Ciencia ficción. Fantástico El científico Eddie Jessup (William Hurt) cree que hay otros estados de conciencia que son tan reales como la vida cotidiana. Utilizando la privación sensorial y añadiendo medicamentos potentes y alucinógenos, investiga estos estados alterados y soporta experiencias que hacen que la locura parezca una bendición. (FILMAFFINITY)
11 de febrero de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película extraña, especial y difícil de visionar. Si no te gusta Ken Russell, olvídate.

La película es un continuo viaje hacia los entresijos más ocultos de la mente, y una vez allí, cuando crees que ya no hay mayor descenso, te lleva aun más lejos dentro del abismo evolutivo hasta alcanzar una especie protoplasma.

Éste análisis tan pretencioso sólo viene a reflejar lo que es la película, un intento de llevar la poesía y la ciencia juntas. El resultado es dispar, con momentos realmente bellos e inteligentes como el del "viaje" del protagonista y sus visiones, donde acaba convirtiéndose él y su pareja en figuras de tierra que acaban desvaneciéndose en el viento. Con otros de corte menos logrado y un tanto bizarras.

Pero ahí está el encanto de la película, el intentar mezclar los experimentos y estudios del antropólgo sobre la evolución humana para encontrar la cura de la esquizofrenia, (pues ésta es entendida en la película como una batalla entre el yo moderno y el yo ancestral que produce un conflicto que llamamos esquizofrenia) a través de una droga tan fuerte que provoca mutaciones en los rincones más profundos de los genes humanos. Provocando una regresión psicológica y física que llevan al personaje a los diferentes estadios de nuestra evolución, hasta llegar finalmente a la forma más primigenia de nuestro ser. Es ahí cuando se produce el clímax de la película, donde el personaje tiene que luchar por mantener su mente y su físico unidos al yo actual, frente "proto-yo": una especia de masa antropomorfa que vendría a simbolizar el amanecer de la humanidad.

Frente a esa batalla, está el amor por su mujer, que es lo único que parece actuar como nexo de unión entre el proto-ser y el yo verdadero del científico.

Es una película difícil de ver, tampoco es que sea rollo pseudointelectualoide pero si que aporta escenas y símbolos realmente atractivos.

Altamente recomendable para aquellos que busquen un viaje más oscuro e imperfecto del que nos suelen ofrecer Mallick, Kubrick, Van Sant, Von Trayer.
Buscapé
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