Al ver esta película te sientes un soldado más que defiende la sitiada ciudad de Berlín de forma desesperada o bien un ocupante como otro cualquiera del búnker de la cancillería, que sufre los constantes ataques de furia de un hombrecillo que, entre delirio y delirio, ve como su Alemania de los 1000 años se está desmoronando. Una excelente película desde todos los puntos de vista que cuenta con una increible ambientación y unos intérpretes excepcionales entre los que hay que destacar sin duda alguna a Bruno Ganz en la piel del Fuhrer.

Evidentemente es una película dura, pero es que así lo requiere la realidad que pretende reflejar: el hundimiento de una nación junto con su otrora amado y prodigioso líder, que, de la forma más cobarde, prefiere volarse la cabeza en vez de afrontar las consecuencias de sus atrocidades, mientras que los cada vez más escasos soldados defienden la ciudad y el pueblo alemán a sangre y fuego, cuando Hitler no derramaría una sola lágrima por él.

Creo que, con esta película, los alemanes han hecho frente a su duro pasado, pero en ningún momento justificándose, sino mostrando la realidad tal y como fue aun en sus caras más crueles, algo que pocas veces lo vamos a encontrar en una película americana. En definitiva, muy buena película, no solo para los amantes de la historia, sino para todo aquel al que le guste ver la reacción y lucha del hombre frente a un aciago destino del que no puede escapar.