Al grano: La segunda (y última) temporada de 'Paraíso' está más lograda que la primera. Lo que tampoco era difícil, pensarán algunos no sin malicia (ni parte de razón). Al igual que la primera se sigue sintiendo desarmonizada al principio, pero luego deja paso a algo mucho más consistente y agraciado. La versión asentada y depurada de aquella primera vez cuya tosquedad va tomando cuerpo y poniéndose en verdadero valor a medida que evoluciona. ¿Lo suficiente como para merecer la pena? Pues sí...

... aunque para disfrutar de la segunda hay que pasar por la primera.

A pesar de su evidente mejoría, 'Paraíso' sigue lastrada por una chavalería que en general no da la talla, siendo una prueba palpable de que la simpatía hacia una serie de este estilo depende en gran medida de la credibilidad y desenvoltura de sus niños y niñas. Imposible no pensar en 'Los Goonies' o 'Cuenta conmigo'. La presencia en esta segunda temporada de una Begoña Vargas llamada a hacer grandes cosas no es más que la constatación, tanto de esto como de que es mejor que la primera.

Aunque curiosamente cuanto más brille sea cuando ella ya no está.

Un buen reparto lo aguanta si no todo, casi todo. Incluso unos diálogos tan leídos, forzados y poco naturales que no hacen sino ahondar en esa herida. A la segunda queda claro que estos son los principales hándicaps de esta serie, tan voluntariosa y solícita como relativamente frustrante. Que por otro lado parezca española además de serlo tampoco parece que sume puntos, siendo que a pesar de sus bondades, por contraste, parezca verse como 'Yo hice a Roque III' respecto a 'Rocky'. O algo parecido.

El aparente glamour de cuando todo se lee en inglés, que no parece acompañar a lo que se hace por aquí; quizá, porque de alguna manera es como si lo hubiéramos vivido y sea más complicado que nos suene natural (aún siendo fantasía). Aunque si 'Paraíso' no termina de sentirse tan armónica como otras ficciones de Movistar Plus+ como 'La unidad' o 'Rapa' es por culpa de su primera temporada, el 'Planet Terror' de este díptico que se recompone en su segunda entrega hasta casi tocar el cielo.

No lo hizo a la primera, y aún menos a la segunda, una versión claramente mejorada, más perfilada, firme y sostenida: 'Paraíso' no se rinde ni se avergüenza, exhibiendo con orgullo unas carencias a las que progresivamente van haciendo sombra las bondades construidas sobre ellas. Una batalla que parecía perdida pero que va adquiriendo sentido y fundamento mientras crece y se crece, junto con nuestra curiosidad y expectación, para arrojar un saldo en su conjunto más positivo que negativo.

Aunque con una rebaba agridulce y relativamente frustrante, por cuanto la segunda a pesar de ser bastante más estimulante, completa y emocionante no depende de sí misma. Partiendo de su buen envoltorio, baste una chavalería más natural y carismática y unos diálogos, tacos y sobre todo referencias no tan impostadas. Corrigiendo ambas cosas, tal cuál está tal cuál nos podría valer como de hecho, aún así nos vale. Aunque corrigiendo ambas cosas luciría (aún más) en su justa medida.

En especial esta notable segunda temporada, la cual maneja ideas sustancialmente más jugosas que la primera y está en líneas generales bastante mejor planteada y resuelta. Lástima que al final, después de todo, acabará reducida a ser un intento fallido de replicar 'Stranger Things' a la española (o a lo pobre, según algunos). Una misión un tanto suicida de la que al final sale mucho mejor parada de lo que parecía hace un año, obteniendo así una pequeña (pero merecida) victoria moral.