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Voto de Wanchope:
8
6,4
13.411
Terror. Drama
Owen es un niño triste (Kodi Smit-McPhee), maltratado por sus compañeros de clase y abandonado por sus padres divorciados; sin embargo, algo cambiará en su solitaria vida cuando conozca a Abby (Chloe Moretz), una nueva y misteriosa vecina, que vive con su silencioso padre (Richard Jenkins), y con quien entablará una particular amistad. Remake norteamericano de la celebrada película sueca "Déjame entrar" ("Let The Right One In"). (FILMAFFINITY) [+]
30 de septiembre de 2010
17 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos son los que de antemano rechazarán esta producción y que por ende la prejuzgarán y condenarán sin darle la más mínima oportunidad para demostrar su valía, un gesto injusto para con una película notable e inteligente cuyo único crimen es haberse inspirarse en un film previo, producción a la que rinde sincera pleitesía y respeta sin mancillar su recuerdo mientras que, lejos de limitarse a ser una burda copia comercial sin más, centra sus esfuerzos en reforzar y enriquecer su esencia con un discurso narrativo que resulta tan personal e independiente como complementario, aportando una nueva mirada tan satisfactoria y estimulante como la del original en su momento que sabe contrarrestar la evidente pérdida del factor sorpresa con un ejercicio de estilo de sorprendente solvencia fílmica.
‘Déjame entrar’ es uno de los mejores remakes de los últimos tiempos, un ejemplo modélico de lo que es y debe de ser un remake, un film muy trabajado que mantiene las líneas maestras de su modelo sin desvirtuarlas ni dejar que este referente esclavice cobardemente su propia propuesta narrativa, y que además nos descubre a un nuevo diamante en bruto bajo el nombre de Matt Reeves, quién revela la sensibilidad de todo un prometedor cineasta en ciernes con una buena mano en la realización que por momentos, incluso, mejora a la de Tomas Alfredson. De partida el remake le gana la mano al original aunque sólo sea por el ajuste cultural de un modelo narrativo más próximo, un caso similar al de 'The Ring' en el que la versión norteamericana resultaba más efectiva por beneficiarse de un modelo de producción al que la audiencia occidental está más acostumbrado, y que quizá siendo purista puede que no sea estrictamente mejor, pero si al menos más accesible.
La apuesta por realizar un film igualmente elegante, sobrio y adulto, la insistencia en la atmósfera depresiva, perturbadora y oscura, y la voluntad por insinuar unas dobleces dramáticas que van mas allá de lo evidenciado con trazo grueso se mantienen. Hablamos de una producción inteligente y no oportunista, de un film de género que en todo caso suma un toque algo más estilizado y pulido en algunos aspectos, y cuyas concesiones lo son sólo ante la propia historia. Tal vez se pierde algo en la sutileza del fondo dramático a cambio de dotar de un ritmo más consistente a la propuesta, en donde las palabras rellenan parte de los silencios y se acortan los tiempos de las transiciones, aunque lejos de perderse los matices subversivos de algunos instantes estos se ven paliados por otros apuntes visuales que fortalecen el entramado del conjunto por otro lado.
‘Déjame entrar’ es uno de los mejores remakes de los últimos tiempos, un ejemplo modélico de lo que es y debe de ser un remake, un film muy trabajado que mantiene las líneas maestras de su modelo sin desvirtuarlas ni dejar que este referente esclavice cobardemente su propia propuesta narrativa, y que además nos descubre a un nuevo diamante en bruto bajo el nombre de Matt Reeves, quién revela la sensibilidad de todo un prometedor cineasta en ciernes con una buena mano en la realización que por momentos, incluso, mejora a la de Tomas Alfredson. De partida el remake le gana la mano al original aunque sólo sea por el ajuste cultural de un modelo narrativo más próximo, un caso similar al de 'The Ring' en el que la versión norteamericana resultaba más efectiva por beneficiarse de un modelo de producción al que la audiencia occidental está más acostumbrado, y que quizá siendo purista puede que no sea estrictamente mejor, pero si al menos más accesible.
La apuesta por realizar un film igualmente elegante, sobrio y adulto, la insistencia en la atmósfera depresiva, perturbadora y oscura, y la voluntad por insinuar unas dobleces dramáticas que van mas allá de lo evidenciado con trazo grueso se mantienen. Hablamos de una producción inteligente y no oportunista, de un film de género que en todo caso suma un toque algo más estilizado y pulido en algunos aspectos, y cuyas concesiones lo son sólo ante la propia historia. Tal vez se pierde algo en la sutileza del fondo dramático a cambio de dotar de un ritmo más consistente a la propuesta, en donde las palabras rellenan parte de los silencios y se acortan los tiempos de las transiciones, aunque lejos de perderse los matices subversivos de algunos instantes estos se ven paliados por otros apuntes visuales que fortalecen el entramado del conjunto por otro lado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Reeves además le aporta una mayor tensión al conjunto, especialmente en las escenas que se prestan a ello, con una puesta en escena igualmente elegante y sobria, pero con algo más de vigor y que mantiene intacta una sensación de espesa estilización de su argumento que va más allá de algunos cambios sustanciales en el planteamiento de algunas secuencias, especialmente los muy acertados que atañen al personaje que encarna Richard Jenkins y que prefiero no desvelar, o de la adición de un prólogo, "pequeñas diferencias" que decía John Travolta en 'Pulp Fiction', y que marcan una distinción evidente aunque sutil entre las dos versiones. Mismamente la labor de los intérpretes con las consabidas discusiones entorno a quién lo hace mejor en las diferentes versiones y bla bla bla. El Joker de Ledger no es mejor que el de Nicholson, tan sólo diferente como diferentes eran las películas en las que aparecían. En este caso es innegable que Kodi Smit-McPhee y Chloe Moretz están fantásticos en sus interpretaciones tanto como impecables resultan Richard Jenkins o Elias Koteas en su roles secundarios pero no menos importantes. ¿Mejor o peor que...? Sobre gustos... pero lo dicho, sobre gustos, porque técnicamente a ninguno se le puede hacer un reproche, y cada cual con su versión de un mismo personaje que en cualquier caso ha sido representado con credibilidad y eficacia plena.
Aunque puede que para muchos innecesario, término no exento de cierta inconcreción hipócrita, la existencia de ambos films, dos producciones adultas y serias que anteponen el alma de su fondo dramático al interés condescendiente de agradar a una audiencia mass-media, resultan plenamente compatibles por cuanto ambos ofrecen dos propuestas sumamente interesantes, mayormente satisfactorias y plenamente válidas. Tal y como están las cosas no sé si es bueno o malo, pero de momento esta 'Déjame entrar' es una de las mejores películas estrenadas a lo largo de este año. Y aunque se apoye evidentemente en los méritos del trabajo de un film previo no por ello hay que dejar de valorar sus propios méritos ni viceversa: dejémoslo en un empate técnico en el que el 'remake' tal vez sea "algo" mejor, pero en donde el "original" llegó primero y sin un modelo al que seguir. Al fin y al cabo las muestras de buen cine gustan de ser paladeado de vez en cuando, y lo que aquí nos ofrece la primera película de una renacida Hammer no deja de ser nuestro solomillo de siempre con una guarnición distinta a la que nos ofrecieron en nuestra anterior visita. Y con tantos bufetes de "comida rápida" a nuestro alrededor suena estúpido rechazar un solomillo... a menos que se sea vegetariano, claro está.
Aunque puede que para muchos innecesario, término no exento de cierta inconcreción hipócrita, la existencia de ambos films, dos producciones adultas y serias que anteponen el alma de su fondo dramático al interés condescendiente de agradar a una audiencia mass-media, resultan plenamente compatibles por cuanto ambos ofrecen dos propuestas sumamente interesantes, mayormente satisfactorias y plenamente válidas. Tal y como están las cosas no sé si es bueno o malo, pero de momento esta 'Déjame entrar' es una de las mejores películas estrenadas a lo largo de este año. Y aunque se apoye evidentemente en los méritos del trabajo de un film previo no por ello hay que dejar de valorar sus propios méritos ni viceversa: dejémoslo en un empate técnico en el que el 'remake' tal vez sea "algo" mejor, pero en donde el "original" llegó primero y sin un modelo al que seguir. Al fin y al cabo las muestras de buen cine gustan de ser paladeado de vez en cuando, y lo que aquí nos ofrece la primera película de una renacida Hammer no deja de ser nuestro solomillo de siempre con una guarnición distinta a la que nos ofrecieron en nuestra anterior visita. Y con tantos bufetes de "comida rápida" a nuestro alrededor suena estúpido rechazar un solomillo... a menos que se sea vegetariano, claro está.