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Voto de Wanchope:
6
5,3
11.492
Terror. Thriller
Emily Jenkins (Renée Zellweger) es trabajadora de servicios sociales. Emily piensa que en su campo lo ha visto todo... hasta que un día conoce a su nuevo y más misterioso caso, el que hace el número 39: una problemática niña maltratada de 10 años llamada Lilith Sullivan (Jodelle Ferland). Confirma sus peores miedos cuando los padres de Lilith intentan matar a la niña, su única hija. Emily la salva y decide llevársela con ella, hasta que ... [+]
28 de mayo de 2010
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Cuando sobre una película decimos que es "de género", popularmente nos referimos a que se trata de una producción de terror y/o de corte fantástico. Esta asociación tan extendida y que muchos emplean no sin cierto menosprecio resulta un tanto injusta para con un género tan válido como cualquier otro ya que, al fin y al cabo, la mayoría de las películas son "de género", ya sea este la acción, el drama o la comedia, o en todo caso, un cruce a mitad de camino entre dos o más. Claro está, hay producciones inclasificables que escapan por completo a la esclavitud que suele conllevar reconocer abiertamente una afiliación genérica, pero no dejan de ser la excepción que confirma la regla.
Así pues, nuestra reacción ante una película está supeditada a nuestra afinidad al género al que pertenezca y de como esta es capaz de conjugar y manipular sus directrices básicas para presentar un producto estimulante, e incluso a veces trascender del género para ser una obra imprescindible en cualquier término cinematográfico absoluto. En ‘Expediente 39' este es un factor clave tanto para dejar bien asentada la base sobre la que se mueve la película como para poder apreciarla en su justa medida: se trata de una película "de género", lisa y llanamente, y lo es hasta sus últimas consecuencias. Ajustada a un molde y con unas pautas bien definidas, en ningún momento se aleja de unas intenciones a las que sirve con profesionalidad y oficio... pero poco más.
Y es que ‘Expediente 39' cumple, pero siempre y cuando tengamos en cuenta su condición, y aunque lo haga de forma tan sumisa y complaciente que no represente nada destacable. Es efectiva, pero no sorprende; entretiene, pero no emociona; es competente, pero carece de alma. Siguiendo al pie de la letra el manual, y fruto de la revisión de otras muchas cintas de temática similar, la película transita por terrenos tan comunes que su capacidad de sorpresa es mínima, y salvo por momentos aislados deviene en un film tan rutinario y previsible como cualquier telefilme de sobremesa. Esto se traduce en que se deja ver con la misma facilidad con la que se olvida, no aporta nada relevante, y aunque sea aceptable que un film sólo pretenda entretener su falta de ambición la condenan a una existencia sin pena ni gloria.
Así pues, nuestra reacción ante una película está supeditada a nuestra afinidad al género al que pertenezca y de como esta es capaz de conjugar y manipular sus directrices básicas para presentar un producto estimulante, e incluso a veces trascender del género para ser una obra imprescindible en cualquier término cinematográfico absoluto. En ‘Expediente 39' este es un factor clave tanto para dejar bien asentada la base sobre la que se mueve la película como para poder apreciarla en su justa medida: se trata de una película "de género", lisa y llanamente, y lo es hasta sus últimas consecuencias. Ajustada a un molde y con unas pautas bien definidas, en ningún momento se aleja de unas intenciones a las que sirve con profesionalidad y oficio... pero poco más.
Y es que ‘Expediente 39' cumple, pero siempre y cuando tengamos en cuenta su condición, y aunque lo haga de forma tan sumisa y complaciente que no represente nada destacable. Es efectiva, pero no sorprende; entretiene, pero no emociona; es competente, pero carece de alma. Siguiendo al pie de la letra el manual, y fruto de la revisión de otras muchas cintas de temática similar, la película transita por terrenos tan comunes que su capacidad de sorpresa es mínima, y salvo por momentos aislados deviene en un film tan rutinario y previsible como cualquier telefilme de sobremesa. Esto se traduce en que se deja ver con la misma facilidad con la que se olvida, no aporta nada relevante, y aunque sea aceptable que un film sólo pretenda entretener su falta de ambición la condenan a una existencia sin pena ni gloria.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
No hay mucho que destacar ni para bien ni para mal en una película tan competente como impersonal, y verdaderamente poco estimulante. Los diversos elementos que le dan forma, desde el apartado técnico hasta el apartado artístico, están resueltos sin que nada llame la atención o moleste: la dirección de Christian Alvart, la banda sonora o la propia presencia de Renée Zellweger, etc. Todo ello es funcional, sin ningún alarde, tan simple como correcto, pero sobre todo, esclava de su condición. Aunque es de agradecer que no caiga en el exceso y se aleje, un poco, del prototipo del cine de terror actual made in Hollywood, se echa en falta algo más de mordiente, de la intención de la que, por ejemplo, sí que hace gala ‘Arrástrame al Infierno’, una pequeña joya que se revaloriza, aun más, ante productos tan descafeinados como este. La diferencia radica en la intención, la nula intención de 'Expediente 39' en arriesgar e intentar ofrecer algo más que el mínimo exigible.
Dependiendo de la cartelera no es mala opción ya que garantiza distracción de la vida diaria durante casi todo su metraje, fin último de todos y cada uno de los largometrajes que se presentan en cualquier sala comercial. No cambiará la vida de nadie, y su aceptación como digna propuesta vendrá de la predisposición del espectador y la aceptación de una película, nunca mejor dicho, para cumplir con el expediente y no más.
Dependiendo de la cartelera no es mala opción ya que garantiza distracción de la vida diaria durante casi todo su metraje, fin último de todos y cada uno de los largometrajes que se presentan en cualquier sala comercial. No cambiará la vida de nadie, y su aceptación como digna propuesta vendrá de la predisposición del espectador y la aceptación de una película, nunca mejor dicho, para cumplir con el expediente y no más.