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Voto de Benjamín Reyes:
9
Animación. Aventuras. Comedia Un año después de los acontecimientos narrados en "Buscando a Nemo", Dory vive apaciblemente con Marlin y su hijo Nemo. Pero durante un viaje para ver cómo las mantarrayas migran de vuelta a casa, los problemas de memoria de Dory parecen desaparecer durante un segundo: recuerda que tiene una familia e inmediatamente decide emprender viaje para reencontrarse con sus padres, a los que perdió hace años. (FILMAFFINITY)
25 de junio de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Trece años después llega la secuela de la magnífica “Buscando a Nemo” (2003). Como es marca de la casa Pixar, la proyección de “Buscando a Dory” estuvo precedida por el cortometraje “Piper”, que pasará a la historia por incluir al primer personaje transgénero de la factoría Disney (que adquirió en 2006 Pixar ante su pujante ascenso).
“Oooh”, musita el nutrido público familiar ante la primera aparición de una Dory pueril acompañada de sus vástagos. Lo que demuestra que la desmemoriada Dory es un personaje entrañable y que se merecía su propia película. La historia es la pieza fundamental en los filmes de Pixar Animation Studios. Y aquí arranca un año después de que Marlin encontrara a Nemo gracias a la inestimable ayuda de ese encantador pez cirujano de color azul que tiene pérdidas de memoria a corto plazo y habla “balleno”. Ahora es ella la que busca a sus progenitores, de tal modo que parte del mismo planteamiento, con la variante de que es una hija la que busca a sus vástagos en vez de un padre que busca a su hijo, para luego encontrar su propio camino.
En esencia “Buscando a Dory” es un emotivo filme que ahonda en los vínculos familiares, de tal forma que la familia es el tema clave del filme. Los creadores han pasado de explotar el lado cómico de Dory a exprimir su lado emocional, así que en realidad la trama trata de cómo Dory se encuentra a sí misma, en todos los sentidos. Es sensible y vulnerable y todavía tiene que descubrir su fuerza interior. El entretenido largometraje de animación defiende la actitud ante la vida de Dory: nunca hace planes y se plantea que siempre hay otra manera de conseguir las cosas. La moraleja que transmites es que puedes conseguir cualquier cosa que te propongas.
“Buscando a Dory” es una película que se mueve como pez en el agua en el terreno de las emociones y del humor gracias a unos secundarios que dejan huella como Hank, un "septopulpo" que perdió en algún sitio un tentáculo y de paso su sentido del humor, pero no su asombrosa capacidad de camuflaje; el tiburón ballena Destiny, torpe nadadora y amiga de la infancia de Dory; o Bailey, una ballena beluga que cree que su sonar biológico está estropeado.
Era muy difícil superar a su predecesora y de hecho no lo hace simplemente porque “Buscando a Nemo” es una obra maestra, sin embargo, su secuela es sobresaliente, hasta tal punto que “Buscando a Dory”, es una película “inolvidable”, como lo demuestran los aplausos finales del público asistente.
Aviso para navegantes: al final de los largos títulos de crédito hay una descacharrante escena final que hará los delicias de los pocos espectadores acostumbrados a permanecer en su butaca hasta que termine por completo el metraje de una película.
Benjamín Reyes
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