Sin City regresó nueve años después de su primera película, y lo hizo con muchos problemas, sin proyectarse en muchos países (a España no ha llegado) y con una recaudación basílica.
Es muy extraño, ya que 'Sin City' fue un éxito en prácticamente todos los sentidos (le faltó más presencia en la temporada de premios, que sin duda hubiese merecido).
'A dame to Kill for' sigue el mismo patrón de su antecesora, pero no es tan satisfactoria. Quizás juegue en su contra que se pierde el efecto sorpresa, que los efectos se vuelven más cutres y que aún es más inverosímil y ridícula en algunas escenas. Creo que en este caso a Robert Rodríguez la cosa se le va un poco de las manos.

Pero en favor de ella se pueden decir muchas cosas. Las interpretaciones de los protagonistas están por la labor para ayudar a recrear el universo del cómic de Miller. Los personajes de Brolin y Gordon Levitt son buenas incorporaciones y están bien interpretados, también destaca Boothe con su odioso personaje y con mayor protagonismo que en la primera parte. Mickey Rourke vuelve a hacer lo mismo que en la primera parte, aunque quizás no convence tanto como en la primera parte. Bruce Willis prácticamente hace un cameo. Al igual que Ray Liotta y que Christopher Lloyd al que siempre tendré aprecio por su Doc de Regreso al Futuro.
En el plano femenino hay que destacar a la incorporación estrella de la película, una Eva Green que ejerce de femme fatale (no tan sexual como en '300. El origen de un imperio', pero sí mucho más sensual y atractiva). Evidentemente no puedo olvidar a mi querida Jessica Alba, aunque el cambio de personalidad de Nancy con respecto a la primera entrega es notable, sólo coincide en su faceta de stripper, y en que la actriz que la interpreta sigue siendo perfecta. También repite Rosario Dawson o Jaime King y se incorporan los personajes de Juno Temple (siempre suele ser adorable) y Julia Garner (en esta película es la más adorable). Y también una escueta, pero importante, aparición de Lady Gaga.
En definitiva, reparto mediático y atrayente, siguiendo el patrón del film de 2005.

La narrativa es la misma, muchos minutos de voces en off, voces cálidas y graves y que se ajustan a la oscuridad visual.

Una película que tiene tantos aspectos positivos es difícil de rechazar, y la verdad es que no me resultó tan aburrida como dicen los críticos, como mucho algo insatisfactoria partiendo de donde partía. Una pena su enorme (e insisto, inexplicable) batacazo en taquilla (recaudó la mitad de su presupuesto) porque eso prácticamente cierra la puerta a una tercera entrega.