Un estafador sin escrúpulos es sancionado, encarcelado y vilipendiado a todos los niveles pero, no contento con eso, tras salir de la cárcel encuentra personas dispuestas a acercarse de nuevo a él para que vuelva a "venderles su moto" con sus magistrales dotes de embaucador. Las caras del grupo de gente al final de la película, escuchando la estrategia de vender el bolígrafo, son todo un poema y es el resumen perfecto de lo que la película quiere transmitir (en España podríamos encontrar un caso similar con cierto personaje que estuvo en la cárcel por diversos delitos económicos en el imperio que montó y sin embargo, y aprovechando su tirón mediático, después consiguió embaucar a miles de pequeños inversores que picaron el anzuelo con sus famosos pagarés).
El despendole en la historia, folleteo y demás... no son más que una muestra de cómo destinan el dinero que ganan tan fácilmente a costa de su dócil pero codicioso "rebaño". No se lo pongamos tan fácil, por favor.