Veo la trepidante "Misión imposible: Nación secreta" que, dirigida por Christopher McQuarrie, hace la número cinco de la saga. Así, dando mi enhorabuena a Tom Cruise por seguir prestándose a rodas ciertas escenas de peligro a sus 53 años, me entretengo con este film de ritmo sin altibajos, impecable acabado técnico, perfectas escenas de acción, un pequeño guión (en esta ocasión la trama se apunta al cine de espionaje), vertiginosas secuencias de acción (la primera escena de lAirbus A400 M me parece inverosímil, la persecución de las BMW es memorable, el manejo de las plataformas en la ópera es vivaz y la sesión subacuática me mantiene espectante) y puro espectáculo, al que me parece que le sobran los interludios de humor de Simon Pegg (la relajación que pretenden aportar a la narración me parece grotesca).